El 90% de las contraseñas son fáciles de robar: cómo evitarlo
A pesar de que los sistemas de seguridad de las empresas son cada vez más robustos, el factor humano sigue siendo el eslabón más débil en la cadena de seguridad. Según estudios recientes, el 90% de las empresas hackeadas lo fueron porque los atacantes lograron vulnerar la contraseña de alguno de los empleados.
Existen varios errores comunes que hacen que las contraseñas sean fáciles de robar, como utilizar contraseñas demasiado simples (por ejemplo, solo números o letras minúsculas), utilizar palabras de uso habitual combinadas con números sencillos (por ejemplo, martes1), o utilizar datos personales (por ejemplo, nombre del gato o fecha de nacimiento).
Cómo crear contraseñas seguras
Para evitar que las contraseñas sean robadas, es importante seguir algunas recomendaciones:
- Utilizar reglas mnemotécnicas y modificar algunas de las palabras para crear contraseñas complejas.
- Combinar letras, números y símbolos.
- Evitar utilizar palabras de uso habitual o datos personales.
- No reutilizar contraseñas en diferentes cuentas.
Cómo almacenar contraseñas de forma segura
Además de crear contraseñas seguras, también es importante almacenarlas de forma segura. Evitar guardar las contraseñas en archivos planos o en el navegador web. En su lugar, utilizar un gestor de contraseñas que almacene las contraseñas de forma encriptada y segura.
Siguiendo estas recomendaciones, puedes ayudar a proteger tus cuentas y datos de los ciberdelincuentes.
“Eso se llama “ethical hacking”: investigan la conducta de la persona para luego poder robarles la contraseña”, señaló Alan Burastero, ingeniero en sistemas y CEO de ZULA.
Según los registros de la empresa, un porcentaje muy alto de los hombres (superior al 70%) usa a su equipo de fútbol como clave, mientras que, del lado de enfrente, gran parte de las mujeres eligen el nombre de su mascota a la hora de definir la contraseña.