El dióxido de carbono, principal regulador del clima durante millones de años
Un estudio científico, publicado en la revista Science, ha determinado que el dióxido de carbono (CO2) ha sido el principal factor en la regulación del clima de la Tierra durante los últimos 485 millones de años.
El estudio, dirigido por Emily Judd de la Universidad de Arizona y el Smithsonian, reunió más de 150.000 registros fósiles y modelos climáticos avanzados para reconstruir las temperaturas globales promedio de la Tierra en ese periodo.
Variaciones de temperatura y sensibilidad climática
El análisis reveló que, si bien las temperaturas globales han fluctuado entre 11°C y 36°C en los últimos 485 millones de años, jamás se había experimentado un aumento de temperatura tan rápido como el actual.
Además, la sensibilidad climática, que mide la respuesta del sistema terrestre a la duplicación del CO2 atmosférico, se ha mantenido en aproximadamente 8°C, lo que es entre dos y tres veces más alta que en la actualidad.
Amplificación polar
El estudio también encontró que los cambios de temperatura han sido más pronunciados en las zonas polares, un fenómeno conocido como amplificación polar.
La influencia del CO2 frente a la radiación solar
El estudio destaca que el CO2 ha superado la influencia del aumento de la luminosidad solar como principal regulador del clima durante el Fanerozoico.
Aunque se esperaba que el aumento de la radiación solar tuviera un efecto significativo en el clima, el albedo planetario y otros gases de efecto invernadero, como el metano, ayudaron a equilibrar su impacto.
Consecuencias para el futuro climático
El estudio sugiere que el rápido ritmo del cambio climático actual podría superar la capacidad de los ecosistemas y las especies, incluidos los humanos, para adaptarse.
Los investigadores advierten que, aunque la vida en la Tierra ha sobrevivido a climas mucho más cálidos en el pasado, los seres humanos evolucionaron en uno de los periodos más fríos y un aumento de la temperatura de hasta 17°C para finales de este siglo podría tener consecuencias devastadoras.
El estudio recalca la urgencia de actuar contra el cambio climático, ya que la vida en la Tierra tal y como la conocemos podría verse alterada profundamente o incluso desaparecer.