La Tierra posee un tercer campo energético, un hallazgo que transforma la comprensión de las fuerzas que actúan sobre la atmósfera. Este campo, denominado campo ambipolar, se une a los ya conocidos campos gravitatorio y magnético, formando el "tercer campo" de nuestro planeta.
El descubrimiento del campo ambipolar
La evidencia inicial del campo ambipolar surgió en 1968 durante las misiones espaciales pioneras. Se observó un flujo supersónico de partículas escapando hacia el cosmos, impulsado por una fuerza invisible. Esta observación llevó a teorizar sobre la existencia de un campo eléctrico desconocido.
El campo ambipolar, aunque débil, es lo suficientemente potente como para superar la gravedad terrestre. Acelera los iones de hidrógeno a velocidades extremas, expulsándolos al espacio. Sorprendentemente, también puede elevar iones más pesados, como los de oxígeno, expandiendo la atmósfera en los polos más allá de lo que se creía posible.
La misión Endurance y la confirmación
Para validar la existencia del campo ambipolar, se lanzó la misión Endurance en mayo de 2022 desde las islas noruegas de Svalbard. Un cohete suborbital alcanzó 768 kilómetros de altitud, detectando un diferencial eléctrico de solo 0,55 voltios. Este pequeño voltaje confirmó la presencia del campo y su relación con el viento solar.
Los hallazgos fueron publicados en la revista Nature.
Implicaciones y futuras investigaciones
El descubrimiento del campo ambipolar abre nuevas posibilidades para estudiar la evolución de la Tierra y otros mundos. Las preguntas sobre cómo esta fuerza ha moldeado la atmósfera, los océanos y la vida misma permanecen abiertas.
Se planean misiones adicionales para comprender mejor este enigmático campo, cuya interacción con la gravedad y el magnetismo sigue siendo un fascinante misterio. Su capacidad para permanecer invisible para los sensores de las naves espaciales y contrarrestar la gravedad lo convierte en un elemento único dentro de las fuerzas que configuran nuestro planeta.