El módulo Nauka de la Estación Espacial Internacional (EEI) experimentó una tercera fuga de refrigerante en menos de un año, lo que genera preocupación sobre la fiabilidad del programa espacial ruso. A pesar de ello, la agencia espacial rusa, Roscosmos, aseguró que la tripulación no estaba en peligro. La NASA confirmó los hechos y mencionó que la fuga provenía del radiador de reserva de Nauka. Aunque el radiador principal está funcionando normalmente, se tomó la precaución de cerrar las persianas de las ventanas del segmento estadounidense para evitar la contaminación.
Esta es la tercera fuga de refrigerante que afecta a la parte rusa de la EEI en menos de un año. Anteriormente, hubo incidentes similares en una nave Soyuz y en una nave de carga Progress. Los analistas espaciales señalan que esta sucesión de fugas sugiere un problema sistémico en los sistemas espaciales rusos. Estos incidentes se suman a los problemas que ha enfrentado el sector espacial ruso en los últimos años, incluyendo falta de financiación y fracasos en misiones.
Aunque la tripulación y las operaciones de la estación espacial no se vieron afectadas, estas fugas plantean preocupaciones sobre la degradación de la fiabilidad de los sistemas espaciales rusos. Además, estas fallas se producen en un momento en el que Rusia y Estados Unidos mantienen una cooperación relativamente estable en la EEI, a pesar de las tensiones geopolíticas. Rusia tiene planes de crear una estación espacial propia en colaboración con otros países, mientras que la EEI se espera que siga operativa hasta al menos 2030.