Abandono y deterioro en el centro de trasbordo de González Catán: Una promesa incumplida
El centro de trasbordo, inaugurado en 2017, enfrenta problemas de abandono, inseguridad y falta de mantenimiento, afectando a miles de usuarios diarios.
Un proyecto con grandes aspiraciones
En 2017, la inauguración del Centro de Transbordo de González Catán, impulsado por el entonces gobierno de Mauricio Macri, se presentaba como una solución innovadora para mejorar la conectividad y la calidad de vida de los usuarios del transporte público en La Matanza. La obra, concebida como un complemento al Metrobus local, buscaba facilitar la combinación entre colectivos y el tren Belgrano Sur, beneficiando a más de 240.000 personas que transitan diariamente por la zona (Ortíz, 2024).
Sin embargo, ocho años después, la realidad dista mucho de las expectativas iniciales. El centro de trasbordo se encuentra en un estado de abandono, con instalaciones destruidas, baños insalubres e inseguridad creciente, generando preocupación y malestar entre los usuarios.
El deterioro progresivo
Según un informe de Clarín (Ortíz, 2024), el predio, conocido como “el km 29”, en el cruce de las rutas nacionales 3 y 21, evidencia una falta de mantenimiento que se ha acentuado con el paso del tiempo. Los baños, que en su momento fueron diseñados para ofrecer un servicio de calidad a los pasajeros, hoy se encuentran en condiciones deplorables, con paredes desgastadas, grafitis, falta de sanitarios y acumulación de basura.
La situación se agrava por la noche, cuando la falta de iluminación convierte la zona en un lugar peligroso, obligando a los vecinos a recurrir a remises para cubrir distancias cortas por temor a ser asaltados. «Después de las 20 ya no camina casi nadie por ahí», comenta un comerciante local que prefiere mantener el anonimato, reflejando el clima de inseguridad que se vive en el lugar (Ortíz, 2024).
La problemática de la inseguridad
La inseguridad es uno de los principales problemas que aquejan al centro de trasbordo. Marcelo, un remisero que trabaja en la zona desde la inauguración, relata que muchos clientes están dispuestos a pagar tarifas elevadas por un viaje de apenas cuatro cuadras, con tal de evitar caminar por las calles oscuras y solitarias. «Aunque sean pocas cuadras, tenés que tener 20 ojos para que no te roben», afirma (Ortíz, 2024).
La falta de iluminación en el puente que conecta las paradas y la ausencia de personal de seguridad contribuyen a crear un ambiente propicio para la delincuencia. Los vecinos denuncian robos, vandalismo y la presencia de personas en situación de calle que se refugian en las instalaciones abandonadas.
¿Quién es responsable?
La responsabilidad por el mantenimiento del centro de trasbordo es un tema de debate. Guillermo Dietrich, Ministro de Transporte durante la gestión de Mauricio Macri, asegura que el gobierno nacional se encargó del mantenimiento durante los dos primeros años, y que en 2019 la responsabilidad fue transferida al municipio de La Matanza, coincidiendo con la asunción de Fernando Espinoza como intendente (Ortíz, 2024).
Sin embargo, desde entonces, el centro de trasbordo ha experimentado un deterioro progresivo, evidenciando una falta de inversión y de control por parte de las autoridades locales. Si bien cooperativas de trabajo dependientes del municipio se encargan del barrido de la terminal, según publicaciones en redes sociales, las tareas de mantenimiento integral y de seguridad parecen ser insuficientes (Ortíz, 2024).
Un llamado a la acción
La situación del Centro de Transbordo de González Catán es un reflejo de la falta de planificación y de gestión en materia de transporte público. Lo que en su momento se proyectó como una solución innovadora, hoy se ha convertido en un foco de problemas que afecta a miles de usuarios diarios.
Es necesario que las autoridades competentes tomen cartas en el asunto y adopten medidas urgentes para revertir esta situación. Se requiere una inversión en infraestructura, mantenimiento y seguridad, así como una mayor coordinación entre los distintos niveles de gobierno para garantizar un servicio de transporte público eficiente y seguro para todos los ciudadanos.