Un nuevo estudio publicado en la revista científica Nature revela cómo los movimientos migratorios de hace miles de años han influido en la predisposición genética de los europeos modernos frente a enfermedades como la esclerosis múltiple, el mal de Alzheimer y la diabetes tipo 2. Investigadores internacionales han descubierto tras analizar el ADN antiguo de restos óseos que ciertas enfermedades autoinmunes tienen un origen más remoto de lo que se pensaba.
Una mirada al pasado para entender el presente
El proyecto, liderado por Eske Willerslev de la Universidad de Cambridge y el Lundbeck Foundation GeoGenetics Centre, ha revelado que hace aproximadamente 5.000 años, la migración de los pueblos de la estepa póntica al noroeste de Europa introdujo variantes genéticas que están relacionadas con un mayor riesgo de desarrollar esclerosis múltiple.
Las huellas genéticas de nuestros ancestros
Estas variantes genéticas, que en su momento conferían ciertas ventajas de supervivencia, ahora contribuyen al incremento de la susceptibilidad a enfermedades en la población actual. El análisis realizado a partir de 1.664 esqueletos prehistóricos constituye un paso adelante en la comprensión de cómo la evolución genética y las condiciones ambientales de épocas pasadas tienen un impacto directo en la salud actual.
Un enfoque multilateral en la investigación
Más de 175 expertos de distintos países y especialidades han colaborado en este estudio, demostrando que el banco de genes del Lundbeck Foundation GeoGenetics Centre puede utilizarse como una herramienta de precisión para entender mejor las enfermedades humanas y sus orígenes evolutivos.
Implicaciones futuras
Los hallazgos permiten no solo comprender enfermedades como la esclerosis múltiple, sino que también abren la puerta para explorar otros trastornos como el párkinson, el alzhéimer y la esquizofrenia. Este conocimiento puede potencialmente cambiar la forma en que se aborda el tratamiento y la prevención de estas enfermedades.
La diabetes y el Alzheimer también encuentran sus raíces
La investigación no se limita a la esclerosis múltiple. Otros estudios relacionados han asociado variantes genéticas con la diabetes y el alzhéimer, vinculándolas a la ascendencia de los cazadores-recolectores occidentales. La genética nos ofrece claves para interpretar tanto enfermedades graves como rasgos como la estatura. Por ejemplo, ahora se entiende que las diferencias de altura entre los europeos del norte y del sur datan de mucho antes de las diferencias alimenticias actuales.
Estos sorprendentes descubrimientos proporcionan una perspectiva más amplia para entender cómo aspectos históricos y prehistóricos configuran la diversidad genética y la salud de los europeos en la actualidad.