Barcelona se une a la conmemoración del 8M con dos manifestaciones diferenciadas
Este año, la ciudad de Barcelona está siendo testigo de una jornada histórica en la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, el 8M. Por primera vez, dos manifestaciones feministas distintas están recorriendo las calles del centro, cada una con sus propias reivindicaciones y recorridos. Este hecho, según se observa, está reflejando la diversidad dentro del movimiento feminista en la región.

La Marcha Principal: Cuidados y Derechos
La manifestación más numerosa, organizada por la Asamblea 8M, se está centrando en la importancia de los cuidados y la exigencia de derechos y corresponsabilidad. Partiendo desde la plaza de la Universidad, la marcha está avanzando por la Gran Via, el paseo de Gràcia y la Ronda Sant Pere, culminando en el Arc de Triomf. Según fuentes de la organización, recogidas por Sergi Llanas para El País (2025), el objetivo principal es visibilizar el trabajo de cuidados, a menudo invisibilizado y no reconocido, que recae mayoritariamente en las mujeres.
Antes de iniciar su recorrido, las manifestantes están realizando un minuto de silencio en solidaridad con las mujeres afganas, denunciando la «muerte» de sus derechos bajo el régimen talibán. Joana Amat, portavoz de la Asamblea 8M, ha protagonizado una actuación simbólica para enfatizar esta situación. «La ley del silencio es la política de los talibanes», afirmó Amat, según informa El País (Llanas, 2025).
El ambiente en esta marcha está siendo festivo y familiar, con una notable presencia de familias debido a la conveniencia de celebrarse en sábado. Las pancartas caseras, con lemas como «Te cansas de oírlo, nosotras de vivirlo» y «Ni de rosa, ni de azul, nos vestimos de lucha cada día», están inundando las calles, mostrando la creatividad y el compromiso de las participantes.

La Marcha Alternativa: Abolicionismo y Derechos Trans
Por otro lado, el Moviment Feminista está liderando una segunda manifestación, partiendo desde la plaza de Cataluña y descendiendo por la Via Laietana hasta la plaza de Sant Jaume. Esta marcha se está caracterizando por su postura abolicionista de la prostitución y su oposición a ciertas interpretaciones de los derechos de las personas trans. Este grupo, siguiendo una línea similar a la que se observa en Madrid desde hace cuatro años, está buscando desmarcarse de la convocatoria oficial.
Las manifestantes, muchas de ellas portando máscaras e indumentaria blanca, están coreando consignas en contra de la pornografía y a favor de la abolición de la prostitución. También se están escuchando mensajes como «las mujeres no tenemos pene» y «ser mujer no es un sentimiento», que reflejan una postura crítica hacia la Ley Trans y algunas corrientes del feminismo.
Tensiones y Reivindicaciones
Un pequeño grupo de activistas por los derechos trans está caminando al lado del colectivo abolicionista, mostrando pancartas en solidaridad con las trabajadoras sexuales. Según lo reportado, agentes de los Mossos d’Esquadra están vigilando de cerca la situación para evitar incidentes.
El manifiesto leído al final de la marcha alternativa está criticando duramente la Ley Trans. «Esta ley es un fraude. ¿Dónde quedan los espacios seguros? Ahora en las cárceles las mujeres deben compartir celda con sus agresores», se ha proclamado. El debate sobre la participación de personas trans en el deporte femenino también está siendo un punto álgido de la discusión, con consignas como «Basta de hombres en el deporte femenino» y la exigencia de «blindar las competiciones femeninas» (Llanas, 2025).
La lectura del manifiesto ha sido interrumpida por activistas por los derechos trans, quienes, escoltados por los Mossos, han sido expulsados de la plaza de Sant Jaume al grito de «¡Fuera, fuera!». Este incidente está evidenciando las profundas divisiones que existen dentro del movimiento feminista en relación con los derechos de las personas trans.
Reacciones Políticas
En el contexto de la marcha principal, representantes de diversos partidos políticos están destacando la importancia del feminismo como herramienta para combatir el auge de la ultraderecha y la amenaza que ésta representa para los derechos de las mujeres. Ares Tubau, secretaria general adjunta de Feminismos del Govern, está defendiendo la necesidad de «salir a la calle más que nunca cuando el fascismo campa por Europa, porque quien plantará cara será el feminismo» (Llanas, 2025).
Lluïsa Moret, del PSC, está apelando al «convencimiento de que en el contexto actual hay que hacer más visible que nunca el compromiso con la agenda feminista». Jèssica Albiach, líder de los comunes en el Parlament, está llamando a salir a la calle «ante un contexto internacional reaccionario para mandar dos mensajes: que los derechos conquistados no pueden retroceder ni un milímetro y que estamos trabajando para blindar constitucionalmente el derecho al aborto». Suu Moreno, portavoz nacional de la CUP, está defendiendo el feminismo como «proyecto transformador, emancipador y que busca la libertad». Judit Toronjo, secretaria de organización de Junts y diputada, está recordando que Cataluña fue «pionera en aprobar una ley de Igualdad» y reivindicando «el feminismo y la justicia social con transversalidad» (Llanas, 2025).
En resumen, el 8M en Barcelona está siendo un día de reivindicación y reflexión, marcado por la diversidad de voces y perspectivas dentro del movimiento feminista. Mientras la marcha principal se está centrando en los cuidados y la defensa de los derechos, la marcha alternativa está poniendo el foco en la abolición de la prostitución y el debate sobre los derechos trans. Las reacciones políticas, por su parte, están resaltando la importancia del feminismo como herramienta para combatir la ultraderecha y proteger los derechos de las mujeres.