Barcelona mejora en calidad del aire, pero sigue superando los límites de la UE

Barcelona ha logrado cumplir por segundo año consecutivo los límites legales de calidad del aire establecidos por la Unión Europea en 2024, experimentando una reducción en los niveles de dióxido de carbono (NO2) y partículas en suspensión (PM10 y PM2,5), principalmente asociadas al tráfico. Sin embargo, estos niveles aún se encuentran muy por encima de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y por debajo de las nuevas exigencias que la UE aplicará en 2030.

Según la Agencia de Salud Pública, el impacto sobre la salud atribuible a la contaminación se redujo un 32% entre 2020 y 2023, gracias a medidas como el aumento del uso del transporte público, la electrificación de flotas y la implantación de la Zona de Bajas Emisiones (ZBE). El Ayuntamiento de Barcelona destaca estos avances, pero reconoce la necesidad de seguir trabajando para alcanzar los objetivos europeos y proteger la salud de los ciudadanos.

La sombra de las recomendaciones de la OMS

A pesar de la mejora, los niveles de contaminación en Barcelona siguen triplicando los límites recomendados por la OMS, lo que supone un riesgo para la salud de la población. Según Xavier Querol, investigador del CSIC, es necesario reducir el número de vehículos, ser más exigentes en la ZBE y rediseñar la ciudad con más zonas verdes y menos asfalto.

La plataforma vecinal Eixample Respira también ha alertado sobre la necesidad de políticas más ambiciosas para alcanzar los objetivos de la UE en 2030. Reclaman restricciones a los vehículos contaminantes y la mejora de la calidad del aire en entornos escolares, donde la contaminación es especialmente preocupante.

Un paso hacia la transición ecológica

La mejora de la calidad del aire en Barcelona es un paso en la dirección correcta hacia la transición ecológica. El Ayuntamiento de Barcelona se ha comprometido a acelerar la implantación de medidas para reducir la contaminación y promover un crecimiento sostenible.

El Plan Clima, con un presupuesto de 1.800 millones de euros, incluye acciones para impulsar la movilidad sostenible, la eficiencia energética y las energías renovables. Barcelona aspira a ser un referente en la transición ecológica y a mejorar la salud y el bienestar de sus ciudadanos.