Bebidas no alcohólicas: ¿Deberían restringirse para los menores?
El mercado de bebidas sin alcohol ha experimentado un auge, especialmente entre los adultos jóvenes que buscan reducir su consumo de alcohol. Estas bebidas, que contienen menos del 0,5% de alcohol por volumen, imitan a las bebidas alcohólicas tradicionales, como la cerveza o el vino, pero sin los efectos embriagantes.
Preocupaciones sobre el consumo por parte de menores
Sin embargo, algunos expertos expresan su preocupación por la venta de bebidas no alcohólicas a menores de edad. Aunque estas bebidas no producen intoxicación, comparten características con las bebidas alcohólicas, como el sabor, el olor y el aspecto. Esto podría influir en los hábitos de consumo futuros de los jóvenes y prepararlos para consumir alcohol real más adelante.
Estudios realizados en países como Japón, Australia y Taiwán han demostrado una correlación entre el consumo de bebidas no alcohólicas y la intención de beber alcohol entre los adolescentes. Los jóvenes que han probado bebidas sin alcohol muestran un mayor interés en consumir alcohol en comparación con los que no las han probado.
Regulación dispar
Las regulaciones sobre la venta de bebidas no alcohólicas a menores varían según los países. En Estados Unidos, solo 12 estados restringen su venta, mientras que en otros países como Japón, la edad mínima para beber es de 20 años.
Algunas marcas de bebidas alcohólicas han implementado voluntariamente restricciones de edad en sus bebidas sin alcohol, pero aún no existe una normativa unificada al respecto.
Llamado a la acción
Expertos como la Dra. Molly Bowdring, investigadora del Stanford Prevention Research Center, piden a los gobiernos estatales que intervengan y limiten la venta de bebidas no alcohólicas a menores. Argumentan que estas medidas son cruciales para evitar la formación de hábitos relacionados con el consumo de alcohol en el futuro.
"Aunque las bebidas no alcohólicas pueden ser beneficiosas para los adultos que buscan reducir su consumo de alcohol, no ofrecen ningún beneficio para los menores. De hecho, hay pruebas emergentes que sugieren posibles daños asociados con su consumo, particularmente en cuanto a la normalización del consumo de bebidas alcohólicas."
Los expertos coinciden en que se necesitan regulaciones más claras y estrictas para proteger a los menores del potencial impacto negativo de las bebidas no alcohólicas.