Julio César Cu: El buzo que lucha contra las aguas negras en la Ciudad de México
En el corazón de la Ciudad de México, mientras la metrópoli sigue su curso, existe un héroe anónimo que está descendiendo a las profundidades olvidadas: Julio César Cu, un buzo de aguas negras. A sus 64 años, con 41 dedicados a esta labor, Cu se está sumergiendo en los drenajes de la ciudad, enfrentando corrientes cargadas de desechos y, ocasionalmente, recuperando cuerpos. Su trabajo, esencial para mantener el equilibrio de la ciudad, se está llevando a cabo en un entorno hostil y, a menudo, con recursos limitados.
Un oficio singular en las profundidades de la ciudad
El trabajo de Cu, como lo describe Emiliano Ruiz Parra (2024) de Grupo Milenio, consiste en retirar los desechos que obstruyen las tuberías, reparar las compuertas y, en ocasiones, colaborar en la búsqueda de personas desaparecidas. Durante la temporada de lluvias, su labor es crucial para prevenir inundaciones, mientras que en la época de sequía se centra en el mantenimiento del sistema de drenaje. Este trabajo, aunque esencial, lo está realizando en condiciones extremas, donde la visibilidad es nula y el riesgo de contaminación es alto.
El traje: Un escudo contra la adversidad
El equipo de Cu es su principal línea de defensa contra los peligros de su entorno. Su traje, diseñado originalmente para buzos de saturación en plataformas petroleras noruegas, es hermético para evitar cualquier contacto con las aguas contaminadas. Sin embargo, como señala Ruiz Parra (2024), la falta de presupuesto ha sido un obstáculo constante. En una ocasión, Cu tuvo que esperar meses para obtener un nuevo traje después de que el suyo comenzara a filtrar agua contaminada, poniendo en riesgo su salud y seguridad.
La ciudad y sus desafíos hidráulicos
La Ciudad de México, construida sobre la antigua Cuenca de México, enfrenta desafíos únicos en cuanto al manejo del agua. Desde la época de México-Tenochtitlán, como explica Ruiz Parra (2024), se han implementado obras hidráulicas para controlar las inundaciones. El tlatoani Ahuizotl, en el siglo XV, ordenó la construcción del Albarradón de Nezahualcóyotl para separar las aguas dulces de las salobres. Hoy, la ciudad se enfrenta a un nuevo desafío: la gestión de las aguas negras.
La visión de Julio César Cu sobre las inundaciones
Cu, con su vasta experiencia, está convencido de que la principal causa de las inundaciones es la acumulación de basura en las alcantarillas. «Lo que hace falta es educación», afirma, según Ruiz Parra (2024). Sin embargo, la problemática es más compleja. La ciudad se encuentra en una cuenca naturalmente propensa a las inundaciones, y la infraestructura existente a veces no es suficiente para hacer frente a los volúmenes de agua durante las fuertes lluvias.
Un legado en las profundidades
A pesar de los desafíos y la falta de reconocimiento, Julio César Cu está dejando un legado importante. Está capacitando a un joven aprendiz, Saúl Valerio Baltazar, para que continúe su labor. Su dedicación y valentía son un ejemplo para las futuras generaciones de trabajadores que se dedican al mantenimiento de la infraestructura de la ciudad.
La búsqueda de desaparecidos: Una labor dolorosa pero necesaria
Además de su trabajo de mantenimiento, Cu también colabora con la Fiscalía en la búsqueda de personas desaparecidas en los canales de aguas negras. «Es desagradable pero satisfactorio a la vez. Es una familia que va a encontrar un cuerpo para que lo pueda enterrar», comenta Cu, según Ruiz Parra (2024). Esta labor, aunque difícil, es esencial en un país que enfrenta una grave crisis forense.
El futuro del drenaje de la Ciudad de México
Con la llegada de un nuevo traje y la gestión para restablecer el acompañamiento de ambulancia y servicio médico, el futuro de Julio César Cu y su labor se vislumbra con mayor seguridad. Sin embargo, los desafíos persisten. La falta de presupuesto y la necesidad de modernizar la infraestructura son obstáculos que deben superarse para garantizar un sistema de drenaje eficiente y seguro para todos los habitantes de la Ciudad de México.
En conclusión, Julio César Cu no solo es un buzo de aguas negras; es un guardián de la ciudad, un protector de su infraestructura y un ejemplo de dedicación y valentía. Su historia nos recuerda la importancia de valorar y apoyar a aquellos que trabajan en las sombras para mantener el equilibrio de nuestra sociedad.