En un hallazgo arqueológico que ha cautivado a historiadores y aficionados por igual, una antigua carta escrita por un niño romano llamado Teón ha sido desenterrada, ofreciendo un vistazo fascinante al comportamiento infantil y las tácticas de manipulación que han existido a lo largo de los siglos.

La Carta de Teón
La carta, que data del siglo II d.C., fue escrita por Teón a su padre, expresando su enojo y decepción por no ser llevado a Alejandría ni recibir los regalos que esperaba. En un tono desafiante, Teón amenaza con dejar de comunicarse con su padre y negarse a mostrarle afecto si sus demandas no son satisfechas.
"Si no me llevas contigo a Alejandría, no te escribiré nunca más ni te hablaré, ni me despediré de ti. No te cogeré la mano ni te saludaré cuando vengas a casa. Eso es lo que sucederá si no me llevas y si no me envías regalos. Sabes que quiero una lira. Si no me la envías, no comeré ni beberé."
Una "Rabieta del Siglo II"
La carta de Teón ha generado un gran revuelo en las redes sociales, donde muchos usuarios han comentado el sorprendente parecido entre el comportamiento de Teón y los niños de hoy en día. La carta ha sido descrita como una "rabieta del siglo II", resaltando la atemporalidad de las demandas y caprichos infantiles.
La Crianza a Través de los Tiempos
Más allá de su valor histórico, la carta de Teón sirve como un recordatorio de que la crianza de los hijos ha sido un desafío constante a lo largo de la historia. Las exigencias y berrinches infantiles han existido siempre, desde la antigua Alejandría hasta la era digital.
La carta nos recuerda que, si bien las formas de comunicación y las normas sociales pueden cambiar, la naturaleza fundamental de los niños y la dinámica entre padres e hijos permanece sorprendentemente constante.