El enojo: una emoción que puede controlarse

El enojo es una emoción humana universal y fundamental que surge cuando sentimos que se ha violado nuestra dignidad, según explica el Dr. William Orme, psicólogo del Hospital Houston Methodist.

El enojo se manifiesta en un espectro que va desde la frustración leve hasta la furia incontrolable. Nuestras reacciones ante el enojo dependen de nuestra crianza, aprendizaje social, relaciones y percepción.

Nuestros cuerpos también influyen en el enojo, preparándonos físicamente para la batalla y aumentando nuestra presión arterial, frecuencia cardíaca y respiración. Esta respuesta física puede dificultar el razonamiento.

Las situaciones que pueden desencadenar el enojo son diversas, como comentarios insensibles, críticas, interrupciones o invasiones del espacio personal. Cada persona reacciona y percibe estas situaciones de manera diferente.

Es importante aprender a controlar el enojo para evitar consecuencias negativas como dañar relaciones o recurrir a mecanismos de afrontamiento poco saludables.

Estrategias para controlar el enojo

  1. Respirar profundamente: Inhalar por la nariz y exhalar por la boca.
  2. Distraerse: Beber un vaso de agua, preparar una taza de té o dar un paseo.
  3. Imaginar que están grabando el enojo: ¿Cómo se vería si alguien lo viera?

Estas estrategias ayudan a crear un espacio entre el enojo y la reacción impulsiva, permitiendo recuperar la sensatez.

Cuándo buscar ayuda profesional

El enojo excesivo puede dañar las relaciones y la salud mental. Si el enojo se vuelve incontrolable, se daña a otros o se recurre a sustancias para afrontarlo, es crucial buscar ayuda profesional.

«Si el enojo te está costando amigos y debilitando los lazos familiares, es un buen momento para buscar ayuda», aconseja el Dr. Orme.