Las compras de comestibles en línea: un gran inconveniente nutricional

Las compras de comestibles en línea han experimentado un crecimiento notable desde el inicio de la pandemia de COVID-19. Según datos del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, el 20% de los estadounidenses compra alimentos en línea regularmente, mientras que más del 80% lo ha hecho al menos una vez en los últimos tres años.

Falta de información nutricional

A pesar de este crecimiento, muchas tiendas virtuales no cumplen con los mismos estándares de información que las tiendas físicas. Un estudio reciente de 10 sitios web de supermercados reveló que solo el 35% de las veces se proporciona información nutricional y datos relevantes sobre los productos alimenticios en línea. Esta cifra contrasta con las normativas de etiquetado que exigen que los productos vendidos en tiendas físicas incluyan etiquetas completas.

La Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) exige que los productos empaquetados muestren etiquetas completas, independientemente de si se venden en línea o en tiendas físicas. Sin embargo, esta regulación no obliga a los minoristas a incluir dicha información en sus sitios web, lo que genera una falta de transparencia para los consumidores digitales.

Consecuencias para la salud pública

La falta de información nutricional en línea tiene graves consecuencias para la salud pública. Los consumidores no pueden tomar decisiones informadas sobre los alimentos que compran y consumen si no tienen acceso a información sobre el contenido nutricional, los ingredientes y los alérgenos.

Esto es especialmente preocupante para las personas con alergias alimentarias, dietas restringidas o afecciones crónicas de salud. Sin información nutricional completa, estas personas corren el riesgo de consumir alimentos que pueden ser perjudiciales para su salud.

Medidas necesarias

Se necesitan medidas urgentes para abordar la falta de información nutricional en línea. La FDA debe tomar medidas regulatorias para exigir que los minoristas proporcionen etiquetas alimentarias completas en sus sitios web. Además, el gobierno podría crear una base de datos pública que incluya información nutricional, de ingredientes y alérgenos de los productos empaquetados vendidos tanto en tiendas físicas como en línea.

Estas medidas ayudarían a garantizar que los consumidores tengan acceso a la información que necesitan para tomar decisiones saludables sobre los alimentos que compran y consumen.