Realizar ejercicio físico de manera regular puede ayudar a reducir la presión arterial elevada, una condición comúnmente conocida como hipertensión. La presión arterial alta puede causar problemas relacionados con el corazón y aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Según expertos de diversas instituciones de investigación, como el Instituto de Investigación Mayo Clinic y la Universidad Estatal de São Paulo, el ejercicio puede fortalecer el corazón y permitir que bombee sangre con menos esfuerzo, lo que reduce la fuerza sobre las arterias y disminuye la presión arterial. Los estudios sugieren que realizar al menos 150 minutos de actividad aeróbica moderada o 75 minutos de actividad intensa a la semana, o una combinación de ambas, puede tener efectos positivos en la presión arterial. Además, el ejercicio también contribuye a mantener un peso saludable, lo que puede ayudar a controlar la presión arterial. Los ejercicios isométricos, en los que se contrae un músculo sin cambiar su longitud, también han demostrado ser eficaces para reducir la presión arterial. En resumen, incorporar el ejercicio físico en la rutina diaria puede ser beneficioso para las personas con hipertensión, ya que ayuda a controlar la presión arterial, mejora la calidad de vida y reduce el riesgo de enfermedades cardiovasculares.