El consumo de alcohol en Estados Unidos se mantiene elevado
El consumo de alcohol en Estados Unidos, que aumentó significativamente durante la pandemia de COVID-19, no ha disminuido como se esperaba, según un estudio reciente dirigido por el Dr. Brian Lee, especialista en hepatología de trasplantes en Keck Medicine de la Universidad del Sur de California.
El estudio, publicado en Annals of Internal Medicine, utilizó datos de la Encuesta Nacional de Entrevistas de Salud y comparó los patrones de consumo de alcohol en 2018, 2020 y 2022. Los resultados revelan que el porcentaje de estadounidenses que consumieron alcohol en el último año aumentó del 66,34% en 2018 al 69,3% en 2022.
Factores que contribuyen
El Dr. Lee atribuye el sostenido aumento en el consumo de alcohol a múltiples factores desencadenados por la pandemia, como la pérdida de empleos, alteraciones en la rutina y el cuidado de hijos pequeños.
Otros expertos, como el Dr. Jagpreet Chhatwal del Hospital General de Massachusetts, coinciden en que el estrés laboral, la inseguridad financiera y los problemas de salud mental también han contribuido a esta tendencia.
Además, la normalización cultural del consumo de alcohol agrava el problema. Según Chhatwal, muchos solo reconocen los daños del alcohol en las etapas avanzadas de enfermedades hepáticas, cuando las opciones de tratamiento son limitadas.
Consecuencias devastadoras
Los datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) reflejan el impacto devastador: en 2020, más de 49.000 personas murieron por causas relacionadas con el alcohol en Estados Unidos, un aumento del 29% respecto al periodo 2016-2017.
Medidas necesarias
Tanto Lee como Chhatwal coinciden en que las investigaciones por sí solas no son suficientes para combatir esta problemática. Proponen implementar políticas más estrictas, como aumentar los impuestos al alcohol y restringir los horarios de venta, además de campañas informativas sobre los riesgos del consumo excesivo.
También abogan por intervenciones efectivas y un cambio en la percepción cultural del alcohol, buscando no solo salvar vidas, sino también prevenir el desarrollo de enfermedades relacionadas con su consumo.