Las serpientes en la Argentina: Una guía para principiantes
La Argentina cuenta con una gran variedad de serpientes, algunas venenosas y otras inofensivas. Debido a la diversidad de paisajes y ecosistemas, el país alberga 136 especies y subespecies de serpientes, de las cuales 18 son venenosas. Conocer las especies de serpientes es importante para poder convivir con ellas de manera segura y respetuosa.
Regiones con mayor diversidad de serpientes
Las regiones con mayor diversidad de serpientes son el norte del país, principalmente la Cuenca del Paraná y la selva misionera. Estas serpientes desempeñan un papel crucial en el equilibrio de los ecosistemas argentinos, controlando plagas y sirviendo de alimento a otros animales.
Tipos de serpientes
En Argentina, podemos encontrar una gran variedad de serpientes, desde las pequeñas y no venenosas culebritas de agua hasta las temidas yararás. Entre las serpientes venenosas más conocidas se encuentran la yarará grande, la yarará chica, la yararacusú, la yararaca, la cascabel y la coral.
Las serpientes del género Bothrops son responsables de la mayoría de los accidentes ofídicos en el país, siendo la yararacusú la más peligrosa que habita en la provincia de Misiones.
Prevención de accidentes
Para prevenir accidentes con serpientes, se recomienda utilizar botas altas y pantalones largos al caminar por zonas rurales o de monte. También es importante agitar la ropa y los zapatos antes de ponérselos y evitar introducir las manos en huecos o bajo piedras.
Identificación de serpientes venenosas
Si bien no existe una regla universal para identificar a las serpientes venenosas, algunas características pueden servir como indicios:
- Forma de la cabeza: Las serpientes venenosas suelen tener la cabeza triangular y más ancha que el cuello.
- Pupilas: Las pupilas de las serpientes venenosas suelen ser verticales, mientras que las de las no venenosas son redondas.
- Escamas: Algunas serpientes venenosas tienen escamas quilladas o carenadas en la parte superior del cuerpo.
- Coloración: Muchas serpientes venenosas presentan patrones de colores llamativos, como el rojo, amarillo y negro de las corales.