Líder religioso niega radicalización en mezquita de Ripoll antes de atentados de Cataluña

En una reciente sesión de la comisión parlamentaria de investigación sobre los atentados de Cataluña de 2017, el expresidente de la comunidad islámica Annour de Ripoll, Ali Yassine, está declarando que nunca sospechó de la ideología radical del imán Abdelbaki Es Satty. Según Óscar López-Fonseca (El País, 2025), Yassine, quien contrató a Es Satty, está insistiendo en que dentro de la mezquita, Es Satty mostraba una «cara buena», mientras que fuera, actuaba como «un lobo» y «hacía cosas del diablo».

Negación de sospechas y quejas sobre el imán

Yassine está asegurando a los diputados que, durante los meses que Es Satty estuvo trabajando en la comunidad islámica, nunca recibió ninguna queja sobre su comportamiento dentro de la mezquita. De acuerdo con Yassine, si hubiera escuchado a Es Satty lanzar proclamas radicales, inmediatamente habría avisado a la policía. Además, está mencionando que agentes de los Mossos d’Esquadra y de la Policía Nacional visitaron la mezquita varias veces, preguntando sobre el ambiente general, pero nunca específicamente sobre el imán. El exlíder musulmán está lamentando que las fuerzas de seguridad no le informaran sobre los antecedentes de Es Satty por narcotráfico y su conexión con investigaciones antiyihadistas, indicando que, de haber sabido esto, no lo habrían contratado.

Teorías de conspiración refutadas

Fernando Reinares, investigador y exdirector del programa sobre radicalización violenta y terrorismo global en el Real Instituto Elcano, también está compareciendo ante la comisión. Reinares está refutando la teoría de la conspiración, promovida por sectores independentistas catalanes, de que los ataques fueron permitidos por el servicio secreto para desestabilizar el proceso independentista. Según Reinares, Es Satty potenció su faceta de «impostor» durante su estancia en prisión, esforzándose por no levantar sospechas y llegando a «engañar» a miembros del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) que lo visitaron para reclutarlo como fuente.

Responsabilidad y radicalización

Yassine está responsabilizando exclusivamente a Es Satty de la radicalización de los jóvenes de Ripoll, quienes tenían lazos de sangre y amistad entre sí. El exlíder musulmán se está lamentando de que las familias y el entorno de estos jóvenes no alertaran sobre su radicalismo. Además, Reinares está señalando que la célula de Ripoll no solo se inspiró en las acciones del Estado Islámico, sino que mantuvo vínculos más profundos con esta organización. El experto está argumentando que la decisión de atentar en Cataluña fue una «venganza» por la contribución de España en la lucha contra el Estado Islámico en Siria e Irak.

Deficiencias en la prevención

Reinares está destacando tres deficiencias principales que facilitaron los atentados. Primero, la falta de colaboración ciudadana para alertar a la policía sobre la radicalización de los miembros de la célula. Segundo, un intercambio de información «por debajo de lo óptimo» entre las fuerzas de seguridad con competencias antiterroristas en Cataluña. Tercero, una deficiente colaboración con policías de otros países, lo que impidió prestar más atención a Es Satty, cuya actividad radicalizadora ya había sido detectada en Bélgica.

Alerta estadounidense previa a los atentados

Reinares está recordando que, en mayo de 2017, el Centro Nacional de Contraterrorismo de Estados Unidos compartió información con los Mossos, la Policía y la Guardia Civil sobre el riesgo de un ataque yihadista en lugares turísticos de Barcelona, especialmente La Rambla. Esta alerta, basada en «comunicaciones interceptadas» posiblemente originarias de Siria o Irak, coincidió con la fase final de preparación de los ataques. Es Satty dejó la mezquita de Ripoll, sus lugartenientes informaron a los demás miembros de la célula sobre los planes, y todos comenzaron a movilizar recursos y a distanciarse de sus familias.