España se inspira en modelos internacionales para resignificar el Valle de Cuelgamuros

El Gobierno español se encuentra inmerso en un ambicioso proyecto para transformar el Valle de Cuelgamuros, el antiguo mausoleo de Francisco Franco, en un espacio de memoria que honre a las víctimas de la dictadura y explique las características del régimen. Para ello, está analizando referentes internacionales que han abordado procesos similares, aunque, como señala Natalia Junquera (2025), «no va a ser sencillo» aportar «una mirada democrática» al conjunto.

En los próximos días, se lanzará un concurso internacional de ideas para que un equipo multidisciplinario de arquitectos, artistas, paisajistas e historiadores diseñe el nuevo Valle de Cuelgamuros, con un presupuesto de 30,5 millones de euros. La meta es convertir el monumento, concebido por el dictador como una suerte de pirámide para eternizar su victoria en la Guerra Civil, en una suerte de maqueta del franquismo que sirva para homenajear a las víctimas y explicar la dictadura y sus características, como el nacionalcatolicismo, la simbiosis entre religión y política.

El Monumento a los Judíos Asesinados de Europa en Berlín: un largo y controvertido proceso

Uno de los ejemplos que el Ejecutivo tiene en mente es el Monumento a los Judíos Asesinados de Europa en Berlín. La iniciativa, impulsada por la periodista alemana Lea Rosch en 1989, se materializó en 2005 tras un tortuoso camino plagado de dificultades y controversias.

En 1994, el Departamento de Construcción y Vivienda del Senado de Berlín lanzó un concurso de ideas, similar al que ha anunciado el Gobierno para resignificar el Valle de Cuelgamuros. Se invitó a 12 artistas a presentar un proyecto con una dotación de 25.000 euros a cada uno y posteriormente, hasta la primavera de 1995, recibieron 528 trabajos en total. Un jurado integrado por artistas, arquitectos, paisajistas, historiadores y políticos debía elegir la propuesta ganadora, pero les costó ponerse de acuerdo. Descartaron ideas que luego volvieron a recuperar a petición de algunos de los miembros del jurado y finalmente se decantaron por dos propuestas, pero ninguna de ellas gustó a Kohl. En ese momento, según recuerda la web del monumento, el proyecto entró “en una seria crisis”.

El proceso incluyó dos concursos, debates entre expertos internacionales y la oposición de figuras como Günter Grass, quien criticó el emplazamiento y las dimensiones del proyecto. Finalmente, en 1999, los diputados votaron a favor del diseño de Peter Eisenman, que consiste en 2.711 estelas de cemento que ocupan 19.000 metros cuadrados en el centro de Berlín.

Incluso durante la construcción, surgió una nueva polémica cuando se descubrió que la empresa Degussa, proveedora de un líquido para tratar las estelas y evitar las pintadas, había estado implicada en la producción del gas con que se ejecutaba a las víctimas en los campos de exterminio nazis. Contratar a otra nueva empresa y deshacer el trabajo ya hecho suponía 2,3 millones de euros adicionales (el presupuesto total ascendió a casi 28 millones que pagó el Gobierno alemán) y decidieron continuar con Degussa.

La inauguración del monumento en 2005 no estuvo exenta de críticas. El presidente de la Comunidad Judía Alemana, Paul Spiegel, señaló que la obra no planteaba el porqué del Holocausto y mencionaba a las víctimas, pero no aludía a los culpables. No obstante, Sabina van der Linden, superviviente del Holocausto, expresó su entusiasmo por la materialización del memorial.

El Memorial a las Víctimas de la Violencia en México: controversia y falta de consenso

Otro ejemplo de la complejidad de estos proyectos es el Memorial a las Víctimas de la Violencia en México, inaugurado en 2013 en medio de la polémica. El proyecto, impulsado por el entonces presidente Felipe Calderón, se realizó sobre un terreno utilizado por el ejército, lo que generó descontento entre familiares de las víctimas.

La asociación Movimiento por la Paz criticó la falta de participación de las víctimas en el diseño del memorial y la ausencia de un registro oficial de víctimas. Miquel Adrià, arquitecto que colaboró inicialmente con la asociación, afirmó que «un memorial solo tiene valor en la medida en que tiene significado» (Adrià, 2012).

El memorial, diseñado por Julio Gaeta y Luby Springall, abarca unos 15.000 metros cuadrados y presenta láminas de acero con citas sobre la violencia de autores anónimos y reconocidos, como Octavio Paz.

Otros referentes: Chile, Estados Unidos y Colombia

El artículo de Natalia Junquera (2025) también menciona otros ejemplos de espacios de memoria con pasados traumáticos, como:

  • El Museo de la Memoria y los Derechos Humanos en Chile, inaugurado en 2010 por Michelle Bachelet para recordar a las víctimas de la dictadura de Augusto Pinochet.
  • El memorial de la campaña de terror contra los negros en Estados Unidos, inaugurado en 2018 en Montgomery (Alabama).
  • El Centro de Memoria, Paz y Reconciliación de Bogotá, inaugurado en 2012 para las víctimas de violaciones de derechos humanos en Colombia.

Estos casos demuestran que la creación de espacios de memoria es un proceso complejo que requiere sensibilidad, diálogo y consenso para lograr su objetivo de honrar a las víctimas y promover la reflexión sobre el pasado.