El perpetuo compromiso del Periodismo de Investigación
El próximo verano cumpliré 50 años en Periodismo, una de las profesiones más apasionantes por la que los jóvenes pueden apostar. Y, mucho más gratificante, porque el noventa por cien de ese medio siglo lo he dedicado al Periodismo de Investigación.
En todo ese tiempo, al margen de las exclusivas periodísticas, la mayor satisfacción ha sido acreditar cómo el trabajo de algunos reporteros no caía en saco roto. Todo lo contrario, servía para desatascar las cloacas del poder, perseguir la corrupción y limitar la fuerza de los lobbies, ya fueran políticos o económicos.
Un compromiso inquebrantable
Es apasionante comprobar cómo se abren causas judiciales, cómo se sientan los corruptos en el banquillo, cómo se dictan sentencias condenatorias o como se cambian leyes obsoletas gracias al esfuerzo y la valentía de un brioso grupo de periodistas de investigación. Todo un chute de compromiso: sentirse útil para la sociedad y contribuir al enriquecimiento de la opinión pública.
Cuanto más informados estén los ciudadanos serán más libres. Arthur Sulzberger Jr., propietario y editor de The New York Times, no se equivocaba cuando afirmaba que el papel de la prensa consiste en “divulgar la información que permite a la democracia sobrevivir” y “permite a los ciudadanos tomar las decisiones que tienen que tomar en las urnas”.
La formación, un pilar fundamental
En ese medio siglo también tuve la inquietud de dedicar una parte de mi vida en compartir mis experiencias y mis conocimientos profesionales con alumnos de Periodismo en diversas universidades. También con jóvenes profesionales que se iniciaban en la investigación y en la actualidad son excelentes periodistas de investigación. Todos ellos siguen una de las máximas de Joseph Pulitzer: “Los periódicos existen sólo para oponerse a los saqueadores y los depredadores de una sociedad libre”.
En esa relación entre el profesional veterano y los jóvenes periodistas asumimos algo tan sencillo como que el periodista de investigación tiene que formarse en esa especialidad desde el principio. Además de vocación e iniciativa, los futuros investigadores periodistas necesitan una formación para dominar el manual, aprender las herramientas y asumir un código ético de conducta.
Hoy en día, también el manejo de las redes sociales y las herramientas que nos facilita Internet.
El Máster de EL ESPAÑOL
Y qué mejor opción para recorrer ese camino que un Máster de calidad como el de EL ESPAÑOL, que se ha asentado tras un fructífero primer año de ejercicio.
Los periodistas de mi generación no tuvimos la suerte de contar con un Máster de tal valía y tuvimos que convertimos en autodidactas. Las redacciones, con sus defectos y sus virtudes, se erigieron en nuestro hábitat, a veces insuficiente, para llegar a ser un periodista de investigación en toda regla.
Empezamos desde cero, aprendimos lo bueno y lo malo y, finalmente, creamos nuestro particular manual y libro de estilo. En el Máster de EL ESPAÑOL sus alumnos tendrán la oportunidad de conocer la trastienda y las vicisitudes de los grandes casos que investigué en revistas como Cambio16 e Interviú y en periódicos como El Mundo.
También mi faceta como director del programa de investigación Objetivo, en Telemadrid, y Crónica de una generación, en El Mundo TV.
Casos de éxito
A lo largo del curso repasaremos de manera profusa una veintena de reportajes de investigación que sirvieron para abrir procesos judiciales contra los corruptos, desenmascarar las miserias de los servicios de información, denunciar la guerra sucia de los GAL contra ETA o localizar y entrevistar a Francisco Paesa en París cuando pasaba por muerto y una agencia internacional de detectives no había conseguido su paradero.
Ese logro sirvió después para la elaboración de mi libro Paesa: el espía de las mil caras, que se convirtió en una película -El hombre de las mil caras- premiada con varios Goya y que pueden seguir viendo en varias plataformas televisivas.
Los reportajes de investigación -serios, trabajados, contrastados, documentados y con fuentes de primer orden- han servido para regenerar la democracia en España. Algunos de las publicaciones han servido para descubrir verdades sepultadas, sentar en el banquillo a corruptos y criminales y provocar las dimisiones de significados políticos y ministros.
Un periodismo esencial
La investigación es una especialidad apasionante -la más pura- del Periodismo que necesita una revitalización en medio de una agonía galopante, que se mantiene desde hace años.
No sería una exageración afirmar que está en peligro de extinción. Se trata de un bien público porque sus logros sirven para fortalecer la Democracia y la Justicia Social. Posiblemente, es el mejor antídoto para combatir los bulos, la posverdad y las informaciones falsas.
El Máster de EL ESPAÑOL apuesta por ese periodismo de investigación de calidad y se compromete con sus alumnos a ofrecerles la mejor formación con el profesorado más preparado en la materia.
Así mismo, los docentes tendrán la oportunidad de preguntar a los protagonistas de algunos de los reportajes que he mencionado, que visitarán nuestras aulas.