¿Cómo hacer que el tiempo se detenga? La clave está en los recuerdos
En un mundo repleto de rutinas diarias, con frecuencia sentimos que los días se nos escapan de las manos sin darnos apenas cuenta. Sin embargo, un grupo de investigadores ha hallado una solución para ralentizar esta sensación: buscar experiencias novedosas y memorables. Según un estudio reciente, las imágenes más memorables parecen dilatar el tiempo, dando lugar a que las personas perciban que las han estado observando durante más tiempo del que realmente ha transcurrido.
Un estudio pionero
Este hallazgo forma parte de un estudio dirigido por el profesor Martin Wiener, de la Universidad George Mason en Estados Unidos, quien ha coescrito el artículo publicado en la revista científica Nature Human Behaviour. Los investigadores se han centrado en explorar cómo las experiencias que nos impactan, ya sean visuales o sensoriales, afectan a nuestra percepción del tiempo. De acuerdo con estudios previos, los momentos más ruidosos o aquellos en los que nos centramos en el reloj tienden a alargar la percepción del tiempo. En esta nueva investigación, los científicos han demostrado que las imágenes que atraen nuestra atención también modifican nuestra percepción del paso del tiempo.
Metodología y resultados
Para llevar a cabo el estudio, los participantes fueron expuestos a imágenes de distintos tamaños y niveles de desorden durante un breve periodo de tiempo, que osciló entre 300 y 900 milisegundos. Posteriormente, debían estimar si el tiempo que habían estado observando las imágenes les había parecido largo o corto. Los resultados revelaron que las personas tendían a percibir que las imágenes más pequeñas y desordenadas, como una despensa abarrotada, las habían observado durante menos tiempo, mientras que las escenas más grandes y ordenadas, como el interior de un hangar de aviones, les parecían haber sido observadas durante más tiempo.
Además, los investigadores descubrieron que las imágenes que los participantes consideraban más memorables se percibían como si se hubieran visto durante más tiempo, y esas mismas imágenes eran más fáciles de recordar al día siguiente. Esta relación entre la duración percibida y la memoria sugiere que la velocidad con la que procesamos una imagen influye en nuestra percepción del tiempo. Las imágenes más memorables parecen procesarse más rápido y de manera más eficiente, lo que a su vez provoca que nuestro cerebro perciba que el tiempo ha pasado más lentamente.
Implicaciones y aplicaciones
Según el profesor Wiener, esta dilatación temporal podría tener una función evolutiva, permitiéndonos captar más información relevante del entorno. Esta podría ser la explicación de por qué unas vacaciones pueden parecer mucho más largas que los días de nuestra rutina diaria, ya que las nuevas experiencias hacen que el tiempo se perciba de manera diferente.
Este estudio también aporta una interesante perspectiva sobre cómo la percepción del tiempo puede manipularse para mejorar la memoria. El profesor Wiener sugiere que si logramos que las experiencias sean más memorables, podremos cambiar nuestra percepción del tiempo. "Si queremos que el tiempo se alargue, debemos buscar cosas que sean memorables, como aquellas que son nuevas, interesantes y sorprendentes", concluye.
Este tipo de investigaciones podría tener implicaciones no solo en cómo experimentamos el tiempo, sino también en el desarrollo de tecnologías como la inteligencia artificial, que podrían beneficiarse de una mejor comprensión de cómo interactuamos los seres humanos con nuestro entorno y con el paso del tiempo. (Información de The Guardian)
Referencias
- Wiener, M., & Goldsmith, M. (2022). La percepción del paso del tiempo está influenciada por la memorabilidad de las imágenes. Nature Human Behaviour.