El virus Nipah, una zoonosis que afecta a los humanos, ha vuelto a azotar a la India con un nuevo brote en la región de Kerala. Hasta el momento, dos personas han fallecido y los contagios superan el millar. Este es el cuarto brote de esta enfermedad vírica en los últimos cinco años en el país, lo que preocupa a la Organización Mundial de la Salud (OMS). El Nipah tiene una alta mortalidad en humanos, entre el 40% y el 75%, y actualmente no cuenta con una vacuna específica ni un tratamiento concreto. Los síntomas son similares a los de la gripe y en ocasiones puede provocar la muerte. La transmisión del virus se produce principalmente a través del contacto con fluidos corporales de los animales o las personas infectadas.
Para prevenir el contagio, es importante evitar el contacto con los animales infectados o los reservorios de murciélagos, así como prestar atención a ciertos animales y frutas. Además, se recomienda el uso de mascarilla, guantes y equipo de protección individual, así como una limpieza y desinfección exhaustivas. Aunque los brotes de Nipah suelen estar acotados a un área geográfica relativamente pequeña, existe la preocupación de que una mayor propagación entre las personas pueda hacer que el virus sea más contagioso.
Según los expertos, el virus Nipah tiene el potencial de desencadenar una pandemia como la del COVID-19, aunque por el momento esto parece poco probable. La cepa que circula en India y Bangladesh es diferente de la que surgió en Malasia, y la versión del último brote en Kerala puede transmitirse de persona a persona y es más mortal. Sin embargo, la alta tasa de mortalidad del virus limita su capacidad de propagación rápida en la población. Para prevenir futuros brotes de Nipah y otros virus transmitidos por murciélagos, es importante desarrollar mejores formas de gestionar la vida silvestre que vive cerca de las comunidades, como restaurar las áreas forestales y plantar árboles que produzcan frutas que sean apetecibles para los murciélagos pero no para los humanos.