$LIBRA: entre lo judicial, el cambio de discurso y la necesidad de un giro narrativo
El escándalo de las criptomonedas que sacude al gobierno desde que el presidente promocionara $LIBRA hace una semana entró en una nueva etapa. El mercado no le pasó factura a Javier Milei y tampoco parece claro que la estafa del activo digital impacte en la confianza de sus propios votantes. Sin embargo, el episodio empieza a tener múltiples derivaciones que son menos lineales que una ecuación con resultado medible en votos.

La dimensión judicial
La primera de ellas, claro está, es la judicial, de donde podrán venir los reveses para el líder libertario. La jueza María Servini imputó formalmente al presidente Javier Milei y a otras cinco personas por posibles delitos de abuso de autoridad, tráfico de influencias, estafa y cohecho.
La necesidad de un cambio de discurso
En paralelo, la fallida entrevista de un periodista amigable rompió la cuarta pared y expuso el revoque que suele esconderse detrás de la fachada. El gobierno tendrá que renovar una narrativa que hasta acá había sido exitosa, al tiempo que el golpe reconfiguró el tablero político, con un repunte en las acciones del PRO para sentarse a negociar la potencial alianza electoral.

Encuestas y opiniones
Según un sondeo de la consultora Zuban Córdoba, el 56% de los encuestados no está de acuerdo con el argumento oficial de que Milei actuó como ciudadano desde su cuenta personal. Además, un 83% cree que Milei debería dejar de actuar como influencer. Asimimo, 6 de cada 10 consultados creen que se trató de una estafa.
Otra encuesta de Management & Fit reveló que tres de cada cuatro personas consideran que el presidente no debe promocionar inversiones financieras.
El tablero político se reconfigura
El escándalo $LIBRA también tuvo un impacto en el tablero político. El PRO aclaró rápidamente que no avalará un juicio político contra Milei, mientras que el peronismo aprovechó la oportunidad para pedirlo.
Sin embargo, es en el PRO donde creen que el escándalo es una chance para barajar y dar de nuevo. Suponen que quienes ya cruzaron la vereda a La Libertad Avanza (LLA) estarán lamentándose. En el mejor de los casos, servirá para sentarse en la mesa con otra musculatura. No en vano el PRO apuntó contra el entorno del presidente, quienes “no lo cuidan”.
¿Qué pasará con Milei?
Aun en el hipotético caso de que la opinión pública se olvide pronto del tema $LIBRA, la Justicia podrá poner contra las cuerdas a Milei. Y, según mencionan quienes trajinan pasillos de tribunales, inclusive si controlara las carpetas criollas, es incierto lo que pueda ocurrir con las investigaciones en los Estados Unidos.
Un problema en ciernes, menos medible, más subjetivo, es la necesidad que tendrá el gobierno por ajustar una narrativa que le venía dando réditos. ¿Cómo sostener diatribas como los “periodistas ensobrados”, “la casta putrefacta” o incluso “los chorros K”? El tono agresivo del presidente tal vez deba variar tras haber sido parte necesaria de lo que terminó siendo una estafa.
El reportaje, pensado para exculpar al presidente, le trajo otro problema adicional. Se rompió la cuarta pared, la que está detrás de la cámara, invisible al espectador. La difusión del tape sin editar tuvo un efecto similar al que representa la mirada a cámara en el cine, hecho que evitan todos los actores.
Es que esa mirada desnuda la existencia de una producción, de un dispositivo de enunciación que el cine oculta para que el espectador pueda sumergirse en un viaje y disfrutar de la película. Así funciona el contrato de la ficción.
- Francesco Casetti, teórico italiano
Ese fue el efecto de la intervención de Santiago Caputo, quien frenó en seco una pregunta que comprometía al presidente. Se vieron los hilos: las dificultades de Milei para hacer una entrevista en vivo, la necesidad de un aparato comunicacional omnipresente, la complicidad de periodistas cercanos, la confusión que reina en Casa Rosada sobre la función pública y la privada, y la preocupación real del gobierno por las esquirlas judiciales que podrá tener el caso.
Para colmo, se dio la profecía autocumplida. El periodista convertido en funcionario se mofaba en compañía de Milei de la supuesta maldad de Caputo; un diálogo en sorna que intentaba caricaturizar al resto de la humanidad. Pero, de repente, Caputo apareció y le torció el rumbo del reportaje.