Albares intenta desescalar la crisis diplomática con Venezuela tras el llamado a consultas de su embajadora
El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, está intentando desescalar la crisis diplomática con Venezuela después de que el canciller de Maduro, Yván Gil, haya llamado a consultas a su embajadora en Madrid, Gladys Gutiérrez, y haya convocado al embajador español en Caracas, Ramón Santos.
En declaraciones a RNE, Albares ha calificado de “decisiones soberanas” las medidas adoptadas por su homólogo venezolano y ha asegurado que su intención es mantener “las mejores relaciones posibles con el pueblo hermano de Venezuela”. Fuentes gubernamentales descartan que, en reciprocidad, Exteriores decida llamar a consultas a su embajador en Caracas e insisten en la conveniencia de que España mantenga su presencia diplomática en el país caribeño en estos momentos críticos.
El canciller de Maduro ha anunciado que tomaba estas medidas en protesta por unas declaraciones de la ministra española de Defensa, Margarita Robles, quien calificó de “dictadura” al régimen chavista. Al contrario que Robles, Albares ha evitado utilizar este término, alegando que el ministro de Exteriores “no es un catedrático de derecho Constitucional ni un politólogo”, sino que “es la última persona que tiene que entrar a poner ningún tipo de calificativo” a un gobierno.
Robles tachó al régimen de Maduro de “dictadura”
Las declaraciones que han molestado al régimen venezolano las hizo Margarita Robles el jueves por la noche en el Ateneo de Madrid, donde presentó la obra El niño que perdió la guerra, de Julia Navarro. Tras aludir a los totalitarismos franquista y estalinista que refleja la novela, la ministra de Defensa recordó a los ucranianos “masacrados por Putin”, a las mujeres afganas borradas de la vida pública por los talibanes y también “a los hombres y mujeres que han tenido que salir de Venezuela precisamente por la dictadura que viven”; entre los que citó al excandidato opositor Edmundo González Uribe, refugiado en España desde el domingo, lo que provocó un aplauso del público.
Era la primera vez que un miembro del Gobierno español tachaba de dictadura al régimen de Maduro, aunque Robles se caracteriza por no tener pelos en la lengua y en mayo pasado calificó de “genocidio” la ofensiva militar israelí sobre Gaza.
Sánchez recibió al dirigente opositor Edmundo González
Por la mañana, el presidente Pedro Sánchez había recibido al dirigente opositor Edmundo González Urrutia, refugiado desde el pasado domingo en Madrid, a donde llegó en un avión de la Fuerza Aérea española enviado a Caracas a recogerle tras haber pedido asilo político.
El Gobierno español tuvo, sin embargo, especial cuidado en rebajar el perfil institucional de la visita para no enojar al Gobierno de Maduro: no se convocó a los medios de comunicación y solo se difundieron imágenes de Edmundo González y su hija Carolina, residente en España, paseando por los jardines de La Moncloa junto a Pedro Sánchez, vestido informalmente y sin corbata, quien subrayó en un tuit el carácter humanitario y solidario de la entrevista.
El Congreso aprobó reconocer a González como presidente electo
El miércoles, el pleno del Congreso aprobó, con la oposición de la izquierda, una proposición del PP que instaba al Gobierno a reconocer a González Urrutia como presidente electo y legítimo, ante la negativa del Consejo Nacional Electoral (CNE), afín a Maduro, a publicar las actas de las mesas electorales, como estaba previsto legalmente y le ha exigido la comunidad internacional.
Ya antes de las palabras de Robles, el jefe de la Asamblea Nacional, Jorge Rodríguez, uno de los dirigentes de mayor confianza de Maduro, pidió a los diputados venezolanos que insten al Ejecutivo venezolano a romper relaciones diplomáticas, comerciales y consulares con España y a suspender los vuelos comerciales entre Madrid y Caracas. “Que se vayan todos los representantes del Gobierno español”, clamó. Esta iniciativa, aún en tramitación, tiene carácter simbólico, como la del Congreso español, pero supone una espada de Damocles para el caso de que el Gobierno español diese el paso de reconocer la victoria del candidato opositor, lo que no ha descartado en el futuro.
El ministro de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo, ha llamado a la calma ante la amenaza de suspender relaciones comerciales con Venezuela. En el país caribeño operan unas 60 compañías españolas y residen más de 136.000 españoles, mientras que la cifra de venezolanos en España asciende a unos 390.000.