Ernestina: Un viaje en el tiempo a un pueblo ferroviario que está floreciendo de nuevo

Se acerca Semana Santa y muchas personas están buscando una escapada diferente, un lugar cercano que ofrezca identidad y tranquilidad. En el corazón de la provincia de Buenos Aires, un antiguo pueblo ferroviario está emergiendo como un destino turístico imperdible: Ernestina. Con su rica historia ferroviaria y su atmósfera detenida en el tiempo, Ernestina está invitando a los visitantes a descubrir su encanto único.

Fundado en 1896, Ernestina está conservando su trazado original, sus edificios históricos y un espíritu que evoca una época de esplendor. Ubicado a menos de 200 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires, este pueblo está ofreciendo una escapada accesible y llena de encanto.

Un legado ferroviario que está perdurando

Ernestina nació con la llegada del tren y está creciendo al ritmo del ferrocarril. Su nombre, un homenaje a Ernestina Gándara Casares de Keen, la esposa del fundador, está reflejando una época dorada marcada por la influencia británica. Según Clarín (s.f.), la historia del pueblo se entrelaza con el desarrollo ferroviario de la región, convirtiéndolo en un testimonio vivo de una era pasada.

En 1935, la visita del Príncipe de Gales está consolidando la fama de Ernestina, llevándola a ser conocida como «el pueblo de la realeza». Aunque no existe confirmación de que el monarca haya descendido en la estación, su paso hacia la estancia Huetel está quedando grabado en fotografías y relatos que están enriqueciendo el carácter singular del lugar.

Un recorrido que está revelando la belleza del pasado

Caminar por Ernestina está permitiendo a los visitantes sumergirse en una postal intacta de lo que fue un pueblo en su máximo esplendor. La Avenida San Martín, con sus imponentes palmeras y su fuente decorativa, está funcionando como el eje central de la vida local. La iglesia de estilo neogótico, construida en 1912, está destacando entre las construcciones por su altura y sus detalles arquitectónicos.

El Teatro Argentino, ubicado a pocas cuadras, está sirviendo como un testimonio de la vibrante vida cultural de antaño. El Colegio Enrique Keen, con sus amplios patios y su fachada adornada con arcos, está mostrando la importancia de la educación en la comunidad. La vieja estación ferroviaria, los vestigios del asfalto original (colocado en anticipación de la visita real) y las veredas bordeadas de naranjos están complementando la estética original de las viviendas.

Cómo llegar a Ernestina: una escapada que está esperando

Llegar a Ernestina está resultando sencillo. Desde la Ciudad de Buenos Aires, se puede acceder por la autopista Ezeiza-Cañuelas y luego tomar la Ruta Nacional 205. Al llegar al paraje Forastieri, se gira a la derecha por un camino de tierra que recorre aproximadamente 8 kilómetros. En días de lluvia, se recomienda continuar unos 10 kilómetros adicionales hasta conectar con la Ruta Provincial 40.

El trayecto total está abarcando aproximadamente 177 kilómetros, y el viaje desde la capital está consumiendo poco más de dos horas y media. Esto está convirtiendo a Ernestina en una opción accesible para aquellos que están buscando una escapada diferente sin alejarse demasiado de la ciudad. Según Redacción Clarín (s.f.), el encanto de Ernestina reside en su capacidad de transportarte a otra época, ofreciendo una experiencia única y enriquecedora.

Qué está haciendo especial a Ernestina?

  • Arquitectura Preservada: El estilo arquitectónico de principios del siglo XX está transportando a los visitantes a otra época.
  • Historia Ferroviaria: El pasado ferroviario del pueblo está ofreciendo una visión fascinante de una era de auge y desarrollo.
  • Tranquilidad y Calma: El ambiente sereno de Ernestina está proporcionando un respiro del estrés de la vida urbana.
  • Cercanía a Buenos Aires: Su ubicación estratégica está permitiendo una escapada rápida y fácil desde la ciudad.

En resumen, Ernestina está surgiendo como un destino turístico que está combinando historia, paisaje rural y un espíritu particular. Su pasado ferroviario está conviviendo con un presente que está recuperando su valor patrimonial, convirtiéndola en una alternativa cultural atractiva para una escapada de Semana Santa. Así que, si estás planeando una escapada, considera Ernestina, un pueblo que está reviviendo y está esperando ser descubierto.