Feijóo se aferra al 'oasis andaluz' en medio de tensiones internas

En el marco del tercer aniversario de su liderazgo dentro del Partido Popular (PP), Alberto Núñez Feijóo ha retornado a Sevilla, la ciudad que lo vio ascender al poder en un momento crítico para la formación. Sin embargo, la celebración se ve eclipsada por la crisis en la Comunidad Valenciana, liderada por Carlos Mazón. El evento, concebido como una muestra de unidad, expone las fisuras y tensiones que actualmente atraviesan el partido, contrastando con la estabilidad que Juan Manuel Moreno Bonilla, presidente de la Junta de Andalucía, exhibe en su región.

Un aniversario deslucido por ausencias significativas

La ausencia notable de varios barones del PP, con la excepción de Moreno Bonilla, no pasó desapercibida. Según Elsa García de Blas (2025) en El País, esta situación se debe a la incomodidad generada por la crisis valenciana, que ha convertido a Mazón en una figura problemática dentro del partido. Oficialmente, la excusa fue la celebración de la XXVII interparlamentaria del PP, un encuentro de diputados regionales, nacionales, senadores y europarlamentarios destinado a definir estrategias parlamentarias. No obstante, la fecha y el lugar habían sido elegidos para conmemorar el tercer aniversario del liderazgo de Feijóo, un hecho recordado por varios asistentes al evento.

Miguel Tellado, portavoz parlamentario del PP, recordó cómo un equipo proveniente de Galicia llegó a Sevilla para «salvar» al partido de la crisis interna entre Pablo Casado e Isabel Díaz Ayuso. «En Sevilla empezó todo en abril de 2022», rememoró Tellado, añadiendo que se cumplió el mandato de recuperar la confianza en el partido. A pesar de los éxitos electorales posteriores, Tellado reconoció que el objetivo principal de desalojar a la izquierda de La Moncloa aún no se ha alcanzado.

Crisis internas y 'ovejas negras' en el rebaño popular

Aunque el PP celebra haber superado la fractura interna que casi lo lleva a perder la hegemonía en la derecha, los problemas persisten. La situación en la Comunidad Valenciana, con Mazón enfrentando críticas por su gestión de la dana que causó numerosas muertes, es un claro ejemplo. Un dirigente del núcleo duro del PP admitió desde Sevilla que se enfrentan a una «situación complicada» que no han sabido resolver. Mientras tanto, en Valencia se han producido manifestaciones exigiendo la dimisión del president.

Feijóo, a pesar de haber reconocido que Mazón «no estuvo a la altura» durante la catástrofe natural, ha evitado forzar su relevo, aunque importantes centros de poder dentro del PP consideran que su salida debería producirse antes del verano. La evitación de fotos conjuntas con Mazón es una señal clara de la tensión existente. Sin embargo, Mazón no es el único dolor de cabeza para Feijóo. Según un barón popular, «a este paso, las ovejas negras van a formar un rebaño», refiriéndose a las tensiones que afectan a otros presidentes autonómicos.

Isabel Díaz Ayuso, quien emergió fortalecida de la crisis interna de hace tres años, ahora enfrenta investigaciones por fraude fiscal y corrupción en los negocios de su pareja. Además, varios barones que dependen del apoyo de Vox para gobernar, como los de Aragón, Murcia, Extremadura, Baleares y Castilla y León, están negociando con una extrema derecha envalentonada para asegurar el respaldo a sus presupuestos. Alfonso Fernández Mañueco, presidente de Castilla y León, ha roto relaciones con los ultras, marcando una excepción entre sus compañeros.

De la moderación prometida a la confrontación actual

Hace tres años, en Sevilla, Feijóo prometió una oposición moderada que facilitaría pactos de Estado. «Tenemos que sacar la política española del enfrentamiento. De la hipérbole permanente. Mi proyecto es un proyecto de entendimiento», declaró entonces. No obstante, la dirección actual del PP ha descartado cualquier acuerdo con el PSOE para el aumento del gasto militar, lanzando duras críticas contra Pedro Sánchez, al que han calificado de «autócrata», «mentiroso sin fronteras» y hasta «pequeño dictador».

Cuca Gamarra, número dos de Feijóo, acusó a Sánchez de impedir los acuerdos de Estado al «no respetar la separación de poderes» y anunció la presentación de varios recursos ante el Tribunal Constitucional contra el Gobierno y la Mesa del Congreso. El PP considera que Sánchez está obligado a presentar unos Presupuestos generales y, en caso contrario, convocar elecciones. Los populares registrarán una proposición no de ley para instar al Gobierno a presentar las cuentas públicas, esperando contar con el apoyo de Sumar.

A pesar de sus problemas internos, el PP siente que el final de Sánchez está cada vez más cerca, aunque aún no se concrete. El partido se aferra a la debilidad parlamentaria del presidente como su principal baza para lograr un cambio de gobierno.

Referencias