Cinco frases que delatan una baja autoestima y cómo combatirlas

CIUDAD DE MÉXICO.- La baja autoestima se define como una percepción negativa de uno mismo que puede derivar en comportamientos perjudiciales para la salud mental. Este fenómeno puede traducirse en una evaluación negativa personal, lo que podría llevar a comportamientos antisociales o incluso perjudicar la salud mental.

Según el reconocido psicólogo austríaco Walter Mischel, célebre por su “teoría del malvavisco”, las actitudes de quienes presentan baja autoestima suelen reflejarse en frases específicas que repiten constantemente.

Mischel, influyente en la psicología del siglo XX, investigó cómo el autocontrol y la gratificación retardada influyen en el comportamiento humano. Sus hallazgos, avalados por la Enciclopedia Británica, proporcionan una base para entender cómo las experiencias de vida impactan la percepción personal.

Según el especialista, los patrones de pensamiento limitante pueden tener raíces profundas en el entorno en el que una persona creció.

La autoestima, moldeada desde la infancia, puede estar condicionada por factores como la falta de reconocimiento o el uso recurrente de críticas negativas en el entorno familiar. Esto podría derivar en inseguridades que persisten hasta la adultez, afectando relaciones personales y profesionales.

La baja autoestima a menudo se manifiesta a través de frases que las personas repiten inconscientemente. Entre las más comunes identificadas por Mischel y otros expertos se encuentran:

  1. "No soy lo suficientemente bueno."
  2. "Nunca podré hacerlo bien."
  3. "Soy un fracaso."
  4. "No valgo nada."
  5. "Nadie me quiere."

Estas frases no solo reflejan un estado emocional, sino que influyen directamente en la manera en que los individuos interactúan con el mundo, obstaculizando su bienestar.

Desde espacios terapéuticos como Aesthsesis Terapia Psicológica, se proponen estrategias efectivas para mejorar la autoestima y promover una vida más plena. Algunas de ellas incluyen:

  1. Identificar y desafiar los pensamientos negativos.
  2. centrarse en los aspectos positivos de uno mismo.
  3. Establecer metas realistas y alcanzables.
  4. Rodearse de personas positivas.
  5. Practicar la autocompasión.

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Asimismo, es crucial evitar generalizaciones, recordando que el fracaso es parte del aprendizaje y no define el valor de una persona. En caso de persistir las dudas o conflictos emocionales, acudir a un psicólogo especializado es una decisión clave para el crecimiento personal y el desarrollo de herramientas emocionales saludables.

Referencias bibliográficas:

Mischel, W. (1961). Delay of gratification, need for achievement, and sustaining attention. Journal of abnormal and social psychology, 63(1), 106-113.

Mischel, W. (1974). Processes in delay of gratification. Advances in Experimental Social Psychology, 7, 249-292.

Mischel, W., & Shoda, Y. (1995). Cognitive and affective influences on delay of gratification. In W. Mischel, & Y. Shoda (Eds.), Cognitive social psychology: The Ontario symposium (Vol. 5, pp. 75-132). Hillsdale, NJ: Lawrence Erlbaum Associates, Inc.