La violencia callejera que se vive en Buenos Aires también se traslada al subte, donde grupos de grafiteros vandalizan trenes y estaciones, poniendo en riesgo la seguridad de los trabajadores y pasajeros. Así lo demuestra un reciente video que se viralizó en las redes sociales, en el que se puede ver a una pareja de grafiteros agrediendo a un empleado del subte en la estación Carlos Pellegrini de la línea B.

Agresión a empleado del subte

En las imágenes, se puede ver a un joven y una mujer con mochila y casco intentando pintar un grafiti en un tren detenido en la estación. Un empleado de Metrovías, la empresa concesionaria del servicio, se acerca para pedirles que se detengan, pero los grafiteros reaccionan con violencia. El joven empuja al trabajador y lo amenaza, mientras que la mujer le arroja una lata de pintura.

El empleado retrocede y pide ayuda a sus compañeros, que acuden en su defensa. Los grafiteros se dan a la fuga, pero son detenidos minutos después por la Policía de la Ciudad.

Condena de Metrovías

Metrovías condenó el ataque y aseguró que se querellará contra los agresores. "Este tipo de hechos no sólo ponen en riesgo la seguridad de nuestros trabajadores, sino también la de los pasajeros. No podemos permitir que estos delincuentes sigan actuando impunemente", afirmó la empresa en un comunicado.

Problema recurrente

El vandalismo en el subte es un problema recurrente. En 2022, se registraron más de 2.000 casos de grafitis en trenes y estaciones, lo que representa un aumento del 20% respecto al año anterior. Metrovías asegura que invierte más de 20 millones de pesos al año en limpieza y reparación de daños, pero el problema persiste.

Medidas para combatir el vandalismo

  1. Mayor presencia policial en estaciones y trenes.
  2. Instalación de cámaras de seguridad.
  3. Multas y sanciones más severas para los grafiteros.
  4. Campañas de concientización sobre el daño que causa el vandalismo.

Responsabilidad de los grafiteros

Los grafiteros que vandalizan el subte no sólo ponen en riesgo la seguridad de los trabajadores y pasajeros, sino que también causan daños materiales y económicos. Además, su accionar afecta negativamente la imagen de la ciudad y desalienta el uso del transporte público.

Es importante que los grafiteros tomen conciencia del daño que causan y que busquen formas de expresarse que no impliquen vandalismo. Hay muchos espacios en la ciudad donde se puede hacer grafiti legalmente, sin dañar propiedad pública o privada.