El Colegio de Médicos de Madrid Introduce Copago para Atención Psicológica a sus Colegiados

En un movimiento que está generando controversia, el Colegio de Médicos de Madrid (Icomem) está implementando un copago del 30% para los colegiados que acceden al Programa de Atención Integral al Médico Enfermo (Paime). Este programa, que hasta ahora era completamente gratuito, ofrece principalmente atención psicológica a los profesionales de la salud. La justificación de esta medida, según la institución, es «garantizar la sostenibilidad» del servicio ante una demanda «creciente», exacerbada por el aumento de trastornos ansioso-depresivos relacionados con la sobrecarga laboral.

¿Por qué este cambio ahora?

Según la información proporcionada por El País, el Icomem argumenta que el copago, que equivale a 30 euros por consulta de un total de 100, busca «fomentar un uso eficiente de los recursos disponibles, evitando la sobreutilización del servicio». El Paime, activo desde el año 2000, ha sido una respuesta a las dificultades que enfrentan algunos médicos para buscar ayuda en temas de salud mental. La iniciativa está dirigida a facilitar «una atención sanitaria de calidad y especializada en caso de enfermedades relacionadas con trastornos mentales», incluyendo adicciones que puedan afectar su desempeño profesional.

El anuncio del copago no ha estado exento de críticas. Miembros de la candidatura de Tomás Merina, quien ganó las elecciones a la presidencia pero no pudo asumir el cargo, acusan a la Junta Directiva en funciones de insinuar que los médicos que buscan apoyo psicológico están «abusando de la generosidad del Icomem». A pesar de esto, el colegio madrileño insiste en que la medida «asegura la viabilidad del programa, permitiendo su continuidad ante la creciente demanda».

El Aumento de la Demanda y la Respuesta del Icomem

Los datos de la memoria del Paime de 2024, a la que tuvo acceso Daniela Gutiérrez de El País, revelan que 514 médicos utilizaron el servicio el año pasado, en comparación con los 406 de 2023. De ellos, 262 seguían recibiendo atención a principios de 2025. Un 75% de los usuarios buscaron ayuda por trastornos ansioso-depresivos, a menudo vinculados con la sobrecarga laboral y los problemas organizativos en la Atención Primaria, Urgencias y Hospitales.

Frente a las más de 3.000 consultas generadas por los pacientes del Paime en 2024, que representan más de 300.000 euros, el Icomem afirma que el copago «garantiza la contratación de profesionales altamente cualificados y facilita la expansión de los servicios para atender a un mayor número de colegiados». Según el Icomem, bajo la dirección interina del doctor Manuel Martínez Sellés, la actual Junta Directiva «ha sido la impulsora del nuevo modelo del Paime, adaptándolo a la realidad actual de los colegiados y ampliando su cobertura para responder a las crecientes necesidades en materia de salud mental».

Críticas y Controversias

La decisión de implementar el copago ha generado fuertes críticas, especialmente porque proviene de una Junta Directiva en funciones. La candidatura de Merina sostiene que el copago es una consecuencia de las «medidas populistas» de Martínez Sellés para reducir la cuota trimestral que pagan los colegiados.

Antonio Cabrera, médico de la Atención Primaria y miembro del sindicato AP Se Mueve, califica la medida como «una vergüenza». Según Cabrera, la decisión contrasta con las promesas de bajadas de cuotas y mejoras en los servicios, así como con las inversiones en proyectos de remodelación de la sede del Colegio de Médicos.

Ángela Hernández, secretaria general de Amyts, también critica este «recorte en los servicios de los más vulnerables», señalando que ocurre después de una reforma de la sede principal en la que «se han desviado un 375% de lo inicialmente presupuestado».

Implicaciones Futuras

La implementación de este copago está generando un debate intenso dentro de la comunidad médica de Madrid. Mientras el Icomem defiende la medida como necesaria para garantizar la sostenibilidad del Paime, las críticas apuntan a una falta de sensibilidad hacia los médicos que más necesitan apoyo en salud mental, especialmente en un contexto de creciente presión y sobrecarga laboral. El futuro del Paime y su capacidad para seguir ofreciendo un servicio de calidad están ahora en el centro de la discusión.