La Iglesia Católica abre las puertas al ordenamiento de mujeres como diaconisas
En una histórica cumbre mundial celebrada en el Vaticano, la Iglesia Católica ha anunciado que permitirá a las mujeres ordenarse como diaconisas, un paso previo a convertirse en curas. Esta decisión supone un importante avance en el papel de las mujeres en la Iglesia, y abre la puerta a que en el futuro puedan asumir mayores responsabilidades.
Un documento disruptivo
El anuncio se produce tras la publicación de un documento en el que se desestiman los obstáculos para que las mujeres tengan una mayor participación en la Iglesia. El documento, aprobado por el Papa Francisco, afirma que "no hay motivos que impidan a las mujeres asumir" responsabilidades en la institución.
El documento reconoce que las mujeres siguen encontrando obstáculos para obtener un mayor reconocimiento de su papel, pero también destaca que la Iglesia debe escuchar su voz y atender sus reivindicaciones.
El documento fue aprobado con 258 votos a favor y sólo 97 en contra, lo que demuestra un amplio apoyo a la medida entre los miembros del Sínodo, la asamblea de obispos y laicos de todo el mundo.
Un paso histórico
La decisión de permitir el ordenamiento de mujeres como diaconisas es un paso histórico para la Iglesia Católica. Aunque no supone un cambio radical en la doctrina, sí abre la puerta a que las mujeres desempeñen un papel más activo en la vida de la Iglesia.
Las diaconisas son ordenadas para ayudar al sacerdote en sus tareas, como la administración de los sacramentos, la predicación y la enseñanza. También pueden dirigir su propia parroquia, aunque no pueden celebrar la misa.
El anuncio ha sido recibido con satisfacción por muchos grupos que abogan por la igualdad de género en la Iglesia. Sin embargo, algunos sectores conservadores han expresado su oposición a la medida.
El Papa Francisco ha apoyado la decisión, pero ha aclarado que no es una decisión final y que la reflexión sobre el tema debe continuar.
Abusos sexuales
Además del ordenamiento de mujeres, el Sínodo también abordó el tema de los abusos sexuales por parte de miembros de la Iglesia. El documento reconoce el sufrimiento causado por estos abusos y pide a la Iglesia que escuche la voz de las víctimas y los supervivientes.
La Iglesia Católica ha sido criticada en los últimos años por su manejo de los casos de abuso sexual, y el Sínodo ha pedido medidas para prevenir y abordar estos crímenes.