El fotógrafo Humberto Amaya lleva casi 40 años capturando momentos especiales en la Basílica de Guadalupe de Monterrey, México. Con su cámara en mano, ha sido testigo de innumerables historias de fe, amor y devoción.
El comienzo de un legado
La pasión de Humberto por la fotografía comenzó cuando su padre le regaló una cámara. Inicialmente, se dedicó a tomar fotos en bodas y fiestas de 15 años, pero su destino cambió cuando se acercó al área de la Basílica.
En un principio, no tenía permiso para ofrecer sus servicios dentro del recinto, pero aprovechó las mañanas, cuando aún no había mucha competencia, para instalarse en el atrio y esperar a las familias y peregrinaciones.
"Llegué por la inquietud, porque igual que todos los jóvenes llegué a ver cómo estaba el rollo, veía fotógrafos, aquí había dos fotógrafos en esa época, pero ahorita ya los dos fallecieron", recuerda Humberto.
"Llegaba y cuál sería mi sorpresa que para la hora que ellos comenzaban a tomar fotos, a las 10:00, yo ya traía el chivo, en aquellos años, ahorita no, porque hay muchos celulares. Yo venía temprano y ya para cuando llegaban ellos, yo guardaba mi cámara y todo el día aquí platicaba hasta que pasaron unos tres meses y me invitaron al sindicato, y ya me puse a trabajar con ellos. Ya van más de 20 años continuos, aunque en total ya son como 40 años".
Capturando la fe
Humberto se ha especializado en capturar la fe de los peregrinos que visitan la Basílica de Guadalupe. Sus fotos muestran la emoción, la esperanza y la devoción de quienes acuden a este lugar sagrado.
"Es un trabajo muy bonito porque la gente viene aquí con mucha fe, con mucha devoción, y a mí me gusta captar ese momento", expresa Humberto.
Entre sus clientes habituales se encuentran familias que vienen a bautizar a sus hijos, parejas que se casan o simplemente personas que buscan un momento de paz y reflexión.
Humberto también ha fotografiado a personalidades importantes que han visitado la Basílica, como el Papa Juan Pablo II y el Cardenal Jorge Mario Bergoglio, actual Papa Francisco.
El desafío de la era digital
Con el auge de los teléfonos inteligentes y las cámaras digitales, la fotografía tradicional ha enfrentado un gran desafío. Sin embargo, Humberto no se desanima y sigue apostando por su oficio.
"La temporada buena es de seis meses de trabajo y seis de muy poquito, por decir algo, en noviembre y diciembre aquí hay mucho trabajo y en tiempo de calor, abril, mayo y junio, tengo mucho trabajo en un deportivo (...).
Ahorita yo me imagino que toman la foto digital y todos se la van a compartir, pero a la hora de que la quieran imprimir yo les voy a ganar con mi cámara", afirma Humberto.
Humberto sigue siendo un referente en la fotografía religiosa en Monterrey, y su trabajo es un testimonio de la fe y la devoción que mueve a millones de mexicanos.