La visita del Taoiseach de Irlanda, Leo Varadkar, a la Casa Blanca durante las celebraciones del Día de San Patricio se ve marcada por la guerra en Gaza y las presiones de solidaridad irlandesa con Palestina. Este año, la reunión entre Varadkar y el presidente estadounidense Joe Biden, tiene un tono más serio y urgente, en el que se prevé discutir sobre el conflicto en Medio Oriente y la necesidad de un alto al fuego permanente.
¿Qué espera Irlanda de esta reunión en la Casa Blanca?
Varadkar ha expresado su intención de representar el sentir de sus ciudadanos, haciendo hincapié en la historia compartida de colinización entre Irlanda y Palestina, y la empatía que siente Irlanda hacia la causa palestina. La posición alineada de las autoridades y población irlandesas contrasta con el respaldo inquebrantable de Biden hacia Israel, quien, a pesar de abogar por un alto al fuego y la asistencia humanitaria, no ha impuesto condiciones a los envíos de armas a Israel.
Reacciones frente al conflicto
Durante su visita a Boston, Varadkar condenó los ataques y pidió que cesen la violencia y las sanciones colectivas que afectan a ciudadanos inocentes en Gaza. Movimientos de protesta en Dublín y Belfast exigen a Biden actuar por un alto al fuego permanente, resaltando sus raíces irlandesas y demandando que se ejerza su influencia para poner fin a la crisis humanitaria y al ciclo de violencia.
¿Podrá la influencia irlandesa influir en la política de EE.UU.?
Con la celebración del poder compartido en Irlanda del Norte como telón de fondo, líderes irlandeses esperan que el modelo de paz alcanzado pueda inspirar el liderazgo estadounidense en Medio Oriente. Varadkar ha observado un cambio reciente en la retórica de Biden, quien podría adoptar un papel protagónico en un nuevo proceso de paz siguiendo los pasos de anteriores presidentes estadounidenses.
Una celebración con implicaciones profundas
La tradicional entrega de tréboles de cristal en esta ocasión lleva consigo un mensaje intenso y un llamado al presidente estadounidense de escuchar los clamores de paz y solidaridad con Palestina, tanto de Irlanda como de la comunidad internacional.