La eliminación de órganos autónomos en México representa un retroceso para la autonomía de las instituciones educativas, según un docente de la UNAM

Ricardo Uvalle Aguilar, docente de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), ha advertido sobre los riesgos que conlleva la desaparición de los órganos autónomos en México y sus implicaciones para la democracia del país.

Los órganos autónomos: su importancia y su función

Los órganos autónomos son entidades públicas que gozan de independencia técnica y presupuestaria para llevar a cabo sus funciones. En México, estos órganos han sido creados para regular diversos sectores, como la competencia económica, las telecomunicaciones y el acceso a la información. Su autonomía garantiza su imparcialidad y su capacidad para tomar decisiones sin interferencias políticas.

El dictamen de reforma y sus alcances

El dictamen de reforma planteado por el gobierno mexicano propone la eliminación de siete órganos autónomos: el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI), el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT), la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) y el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval). Uvalle destaca que esta reforma representa un retroceso significativo en la autonomía institucional, ya que devuelve al gobierno el control sobre estos sectores.

Los riesgos de la centralización del poder

Según Uvalle, la centralización del poder en manos del gobierno conlleva riesgos para la democracia mexicana. Sin órganos autónomos independientes, no existen mecanismos efectivos para controlar el ejercicio del poder y garantizar el respeto a los derechos ciudadanos. Los ciudadanos quedarían a merced de la voluntad política del gobierno, lo que podría derivar en abusos de poder y corrupción.

El impacto en la ciudadanía

La desaparición de los órganos autónomos también tendría un impacto directo en la ciudadanía. Estos órganos han desempeñado un papel crucial en la protección de los derechos de los ciudadanos, como el acceso a la información, la competencia justa en el mercado y la evaluación de las políticas sociales. Sin su autonomía, estos derechos podrían verse amenazados.

"Todos tarde o temprano vamos a necesitar de alguna u otra manera que existieran estos órganos para poder garantizar derechos. Y si no hay instituciones que puedan garantizar estos derechos con la autonomía y la naturaleza constitucional que tenían, pues ahora de verdad estamos a merced del voluntarismo político", enfatizó Uvalle.

En conclusión, la eliminación de los órganos autónomos en México representa un retroceso para la autonomía institucional, la democracia y los derechos de los ciudadanos. Es fundamental preservar la independencia de estas entidades para garantizar el equilibrio de poderes y el respeto a las libertades individuales.