Manuel Marchena, el juez más influyente de España, deja la presidencia de la Sala Penal

Manuel Marchena, quien ha sido considerado el juez más influyente de España durante su mandato de diez años como presidente de la Sala Segunda del Tribunal Supremo, dejará el cargo el próximo jueves al finalizar su segundo mandato. Marchena, conocido por su dominio de la dogmática penal y su capacidad de consenso, ha presidido casos de gran relevancia, como el juicio al procés, dejando una huella significativa en la agenda política española.

Una trayectoria marcada por la influencia

La influencia de Marchena, de 65 años, se atribuye tanto a su cargo como a su ascendencia sobre los magistrados de la Sala Penal, así como a una amplia red de relaciones dentro y fuera de la judicatura. Su interés por el periodismo y la política le ha permitido desenvolverse en un puesto de alta exposición mediática.

El juicio al procés: un momento clave

La vista del procés, transmitida íntegramente en directo y presidida por Marchena, le dio a conocer al gran público y marcó un punto de inflexión en su mandato. La sentencia posterior, según varios juristas, refleja algunas de las características de su presidencia: dominio de la dogmática penal, pero también una manipulación jurídica que algunos califican de conservadora.

Búsqueda de consenso y decisiones controvertidas

Marchena ha priorizado la búsqueda de consenso, especialmente en casos delicados. Esto ha dado como resultado resoluciones de calado de la Sala Penal aprobadas por unanimidad, lo que ha fortalecido la consistencia de decisiones controvertidas. Sin embargo, también ha habido críticas a la Sala Segunda por su aparente alineación con el Gobierno del PP.

Retirada del escaño a Alberto Rodríguez y críticas al fiscal general

Algunas de las resoluciones más recientes del Supremo, como la retirada del escaño del diputado de Podemos Alberto Rodríguez o la investigación al fiscal general del Estado por una supuesta filtración, han generado tensiones con el Ejecutivo de Pedro Sánchez.

El futuro de la Sala Penal

La salida de Marchena abre interrogantes sobre el futuro de la Sala Penal. Su sucesor, que será elegido por el Consejo General del Poder Judicial, tendrá una importante tarea en un momento de polarización política y judicialización de la política.

Marchena ha transmitido a su entorno que su intención es quedarse en la sala los siete años que restan hasta su jubilación. Ni aspira a ir al Tribunal Constitucional, donde algunos le sitúan, ni a dar el salto a la Abogacía, una salida frecuente en magistrados del Supremo. “Estará en segundo plano, pero seguirá influyendo mucho porque sobresale”, augura un magistrado del tribunal.