La escultura de Lola Mora que trataron de ocultar por pudor y cómo es el trabajo para devolverle el brillo original
La obra "Fuente de las Nereidas", ubicada en Costanera Sur, a metros de la Reserva Ecológica, es un ícono porteño y Bien de Interés Histórico Artístico Nacional.
Sin embargo, esta obra cumbre de Lola Mora, escultora pionera en Argentina y Sudamérica, tuvo un destino más céntrico. Pero generó controversia por los desnudos de las figuras femeninas.
Las clases conservadoras de la época lograron presionar para que se la emplazara en lo que era prácticamente la periferia del Área Central, desterrada a Costanera Sur casi al mismo tiempo que se inauguraba el bulevar, en 1918.
El trabajo para devolverle el brillo original
Lejos de aquellos debates de época, personal de MOA (Monumentos y Obras de Arte del Ministerio de Espacio Urbano e Higiene Urbana) trabaja en la limpieza y mantenimiento de la fuente.
Arrancaron en agosto y esperan concluirlos para fines de noviembre. Una de las tareas principales es combatir los organismos que se encuentran en la superficie y en las juntas de las esculturas, que son básicamente plantas y arbustos.
Se aplica un producto -biocida- que los destruye y neutraliza. Después, con pinceles pequeños, e incluso con bisturí, retiran la raíces. También se quita el guano de las palomas, la suciedad y el musgo adherido.
Además, se reproducen las partes que pudieran faltar, con moldes y un material que no tiene valor de reventa, la resina poliéster. A esta resina se le agrega piedra molida para obtener un color y una textura similar a la piedra original.
El ministro de Espacio Público porteño, Ignacio Baistrocchi, destacó que "estamos limpiando de manera muy artesanal y detallada una de las esculturas más emblemáticas de la Ciudad. Cuidar y proteger nuestro patrimonio cultural es tarea y responsabilidad de todos".
Lola Mora, una artista disruptiva
Lola Mora, cuyo nombre completo era Dolores Candelaria Mora Vega de Hernández, fue una escultora tucumana que nació en 1867 y falleció en 1936.
Fue una artista prolífica y controvertida, reconocida por su talento y su capacidad creativa, pero también rechazada por algunos círculos ultra conservadores que veían en ella una representación de una independencia femenina totalmente disruptiva para la época.
Además de la "Fuente de las Nereidas", existen obras suyas en Tucumán, Santa Fe, Jujuy, Corrientes y provincia de Buenos Aires.
En territorio porteño hubo dos grupos escultóricos magníficos que fueron removidos: las alegorías a la Libertad, el Comercio, la Fuerza, la Paz, el Trabajo y la Justicia, que estaban ubicados junto a las escalinatas de ingreso al Palacio del Congreso.
Fueron trasladados a Jujuy y la propia artistas supervisó esa mudanza. En 2012 se firmó un convenio para la producción de dos calcos de cada una de las esculturas: uno se encuentra en la provincia de Jujuy y otro en el Palacio del Congreso.