La operación de Chevron en Venezuela peligra tras la investidura de Donald Trump
El equipo del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, está elaborando un plan para poner fin a más de dos décadas de chavismo en Venezuela. Este plan podría incluir la cancelación de la licencia de la petrolera estadounidense Chevron, lo que afectaría a la delicada cohesión del régimen y podría provocar la salida negociada de Nicolás Maduro al exilio en un plazo más breve del esperado.
Un cambio en la política hacia Venezuela
El equipo de política exterior de Trump ha indicado que no le importaría ver a Maduro compartiendo vecindario con Bachar al Asad en Moscú, en referencia a la salida del líder sirio al exilio tras el desmoronamiento del ejército leal al régimen. Según fuentes del equipo de Trump consultadas por EFE, Venezuela es un problema por estar enviando criminales a Estados Unidos y generar preocupación de seguridad nacional. Las fuentes creen que Maduro acabará saliendo del poder en un plazo menor del esperado, sin necesidad de intervención militar estadounidense.
Canales de comunicación abiertos
El equipo de Trump para Latinoamérica, liderado por el nominado a secretario de Estado, Marco Rubio, cree que Estados Unidos tiene canales de comunicación abiertos con el chavismo y varias palancas para forzar la salida de Maduro. Fuentes cercanas al equipo advierten de que podrían comenzar a verse señales de un mayor aislamiento del régimen en las próximas semanas.
La licencia de Chevron en el punto de mira
En su audiencia de confirmación en el Capitolio, Rubio abrió la posibilidad de poner fin a la exención que permite operar a Chevron en Venezuela. La oposición venezolana considera que sería un golpe que rompería las costuras del chavismo, dejando claro que no hay futuro posible. Rubio ha señalado que estas licencias están permitiendo que empresas como Chevron proporcionen miles de millones de dólares al régimen sin que este haya cumplido ninguna de sus promesas.
Mediadores y planes de reconstrucción
Christopher Landau, número dos de Rubio; Michael Waltz, asesor de Seguridad Nacional, y Mauricio Claver-Carone, nombrado por Trump como enviado para asuntos de Latinoamérica, serán otros de los mediadores clave en la estrategia de Trump sobre Venezuela. Todos ellos han mantenido conversaciones con Edmundo González Urrutia, considerado por Washington como ganador de las elecciones del pasado julio, y con su equipo, así como con la líder opositora dentro de Venezuela María Corina Machado.
Fuentes cercanas a González Urrutia señalan que es clave dejar claro que el gobierno de Maduro es en la práctica una organización narcotraficante y un peligro para la seguridad nacional de Estados Unidos por sus vínculos con Irán y Rusia. Entre bambalinas se trabaja en un gran plan de reconstrucción de Venezuela que podría atraer inversiones al país caribeño para reactivar su economía tras décadas de estancamiento.
Tenemos estas licencias por las que compañías como Chevron están proveyendo miles de millones de dólares al régimen, mientras que el régimen no ha mantenido ninguna de las promesas que hizo. Todo eso se debe reexaminar.
Marco Rubio, nominado a secretario de Estado