La población extranjera se multiplica por 16 en Barcelona

La población extranjera de Barcelona no deja de crecer. En el periodo comprendido entre 1997 y 2024, se ha multiplicado por 16, pasando de 26.600 a 432.556 personas. Esto supone que, actualmente, uno de cada cuatro barceloneses es de nacionalidad extranjera.

Este incremento se ha debido principalmente a la llegada de personas procedentes de Italia y Colombia. Así, según los datos del Padrón Municipal de Habitantes, a 1 de enero de 2024, los italianos eran el grupo más numeroso, con 50.052 personas, seguidos de los colombianos, con 28.551.

Un cambio en el origen de los extranjeros

El análisis del lugar de nacimiento de estas personas constata un cambio en el origen de los extranjeros con el paso de los años. La población nacida en el extranjero en 2024 multiplica por siete la de 2000, de tal forma que las personas empadronadas no nacidas en Barcelona en 2024 superaron a las nacidas en la capital catalana.

Este cambio se debe, en parte, a la crisis económica que afectó a España entre 2008 y 2014. Durante esos años, muchas personas emigraron de España en busca de mejores oportunidades laborales. Sin embargo, en los últimos años, la tendencia se ha invertido y cada vez son más las personas que vienen a vivir a Barcelona.

Una ciudad cada vez más diversa

La llegada de población extranjera ha contribuido a hacer de Barcelona una ciudad cada vez más diversa. Actualmente, conviven en la ciudad personas de 180 nacionalidades diferentes. Esta diversidad se refleja en la riqueza cultural y gastronómica de la ciudad.

"Barcelona es una ciudad que siempre ha sido abierta a la inmigración. A lo largo de la historia, han llegado aquí personas de todo el mundo, y todas ellas han contribuido a hacer de Barcelona la ciudad que es hoy", ha afirmado el alcalde de Barcelona, Ada Colau.

La llegada de población extranjera también ha tenido un impacto positivo en la economía de la ciudad. Muchas de estas personas son emprendedoras que han creado sus propios negocios, contribuyendo así a la creación de empleo y riqueza.

La población extranjera es un activo para Barcelona. Aporta diversidad, riqueza cultural y económica. La ciudad debe seguir siendo un lugar abierto y acogedor para todas las personas, independientemente de su origen.