La sequía azota el sur de Cataluña: los embalses están al mínimo y los agricultores temen por sus cosechas

El sur de Cataluña continúa sufriendo los efectos de la sequía, a pesar de las lluvias primaverales que permitieron flexibilizar las restricciones de agua en más de 200 municipios, principalmente en Barcelona y Girona.

En Tarragona, las poblaciones que dependen de los embalses de Siurana y Riudecanyes, con apenas el 2% de su capacidad, ya no tienen recursos para regar ni para beber. Las cubas o los camiones cisterna son imprescindibles para garantizar el acceso de la población a agua potable.

Las precipitaciones apenas han beneficiado los tres embalses de los que dependen la gran mayoría de los municipios de la comarca del Priorat (Tarragona). Se trata de una región con una deshidratación crónica que la grave sequía ha agudizado.

Solo Siurana, la fuente principal de la comarca, almacena un 1,09% de los 12 hectómetros cúbicos que puede albergar. Los otros dos embalses, Guiamets y Margalef, están secos.

Cortes de agua y restricciones

La gravedad de la situación ha llevado a que poblaciones como Morera de Montsant (159 habitantes) o Marçà (cerca de 600 habitantes) realicen cortes diarios en el suministro desde hace poco más de una semana. En esta última, solo abren el grifo siete horas y media al día.

En Falset, capital de la comarca, o Figuera (120 habitantes), los camiones cisterna abastecen de agua potable a la población.

En Torroja (139 habitantes) o Gratallops (234 habitantes) están activas las restricciones más duras previstas en el Plan Especial de Sequía, como la prohibición del riego de parques y jardines o el llenado de piscinas.

El sector agrícola, en peligro

Los motores económicos también se resienten por la escasez de agua. Además del descenso en el turismo náutico por la fragilidad del embalse de Siurana, la campaña de la vendimia se antoja complicada.

Según el responsable de viña y vinos de Unió de Pagesos, Josep Marrugat, se prevé una recolección de hasta cinco mil kilos menos de uva por hectárea que el año anterior. Las lluvias de abril fueron insuficientes, con unos 300 litros por metro cuadrado, mientras que lo habitual son 500 litros.

La situación es similar en la comarca del Penedès (Barcelona), donde se encuentra una de las Denominaciones de Origen más importantes de España. Los agricultores del Priorat reclaman un riego de apoyo con agua regenerada para salvar las cosechas.

También los frutos secos se ven afectados. Los almendros apenas producirán frutos este año y el cultivo de la avellana tampoco es mucho más alentador.

Soluciones a largo plazo

La depuradora de Reus y la desalinizadora de Foix, previstas para paliar la sequía en el sur de Cataluña, no estarán listas antes de 2027. Por ello, el sector agrícola urge soluciones para evitar el abandono de las tierras.

La consellera de Territorio, Vivienda y Transición Ecológica, Silvia Paneque, no descarta interconectar la cuenca del río Ebro a los embalses de Margalef y Guiamets para llevar agua a las comarcas afectadas por la sequía.

Esta medida, planteada anteriormente por el conseller David Mascort, permitiría almacenar el agua necesaria para regar y bombear el sobrante hasta Siurana.