El castillo cerrado: la "sorpresa" de la duquesa del Infantado
La duquesa del Infantado, Almudena de Arteaga, ha descubierto una неожиданная "sorpresa" tras recuperar la gestión del castillo de Manzanares el Real: carece de la licencia necesaria para abrirlo al público.
El candado que ahora cierra el castillo indica que el camino ha llegado a su fin. Sin embargo, saltar la pequeña valla que separa el complejo de la calle sería un juego de niños.
Tras 60 años gestionado por la Comunidad de Madrid, el castillo ha cerrado sus puertas al público desde que la duquesa recuperó su gestión el pasado 5 de enero.
La "sorpresa" a la que se refiere el abogado de la duquesa, Miguel Temboury, es que no existe la licencia necesaria para abrir el castillo a los turistas.
La Comunidad de Madrid, por su parte, ya ha comenzado a vaciar el interior del castillo y a trasladar los tapices a la Real Fábrica.
El enigma de la licencia
El Ayuntamiento de Manzanares y la Comunidad de Madrid han iniciado una búsqueda infructuosa de la licencia en sus archivos históricos.
"No hay ni rastro de ella. No existe", afirma la alcaldesa de Manzanares, Alicia Gallego.
La Comunidad de Madrid alega que en 1956, cuando se firmó el contrato de arrendamiento, no era necesaria una licencia, sino simplemente una comunicación al Ayuntamiento.
Posteriormente, en 1977, cuando el castillo se abrió al público, el Real Decreto 1346/1976 establecía que los actos promovidos por órganos de derecho público estaban sujetos a licencia, salvo en casos de urgencia o excepcional interés público.
"Desde el inicio, la Comunidad ha entendido que la Diputación Provincial cumplió con sus obligaciones de acuerdo con la normativa vigente en cada momento", justifica la consejería.
Sin embargo, la licencia parece no haber existido nunca.
Consecuencias para Manzanares
El cierre del castillo supone un duro golpe para Manzanares, que recibía a miles de turistas cada año.
María Herrero, dueña de la Tahona Ideal, lamenta las consecuencias económicas que traerá el cierre.
"Se hundirá aún más si cabe. No había día que no me comprara alguien que venía de visita al castillo", dice.
Juan Sánchez, compañero de trabajo de Herrero, asegura que el 40% de sus ventas procedía de los turistas.
"Esto nos afecta a todos", afirma Sánchez. "Cuando el orgullo es más grande que el cerebro, estamos como estamos. Primero sin parque y ahora sin castillo."
Futuro incierto
El plan de la familia ducal sigue siendo explotar turísticamente el castillo, pero la falta de licencia obliga a cerrar el lugar hasta nuevo aviso.
El abogado Temboury asegura que no sería necesario cambiar la ley, sino simplemente conceder la licencia y modificar la calificación del suelo.
Las tres partes implicadas (la familia ducal, el Ayuntamiento y la Comunidad de Madrid) afirman tener el mismo interés en resolver la situación.
Sin embargo, el futuro del castillo sigue siendo incierto.