Navegar horas por las redes sociales se ha vuelto un hábito diario para muchos. En promedio, los adultos estadounidenses pasan más de dos horas al día en plataformas como Instagram o TikTok, mientras que los adolescentes duplican ese tiempo. Esta dependencia no es casualidad, ya que las redes sociales están diseñadas para activar el sistema de recompensas del cerebro.

Beneficios de desconectarse

Desconectarse de estas plataformas puede traer beneficios sorprendentes para nuestra salud mental y bienestar. Las redes sociales funcionan como un disparador constante de dopamina, el químico del “bienestar” en el cerebro. Según Anna Lembke, autora de Dopamine Nation, cada “me gusta” o comentario genera una recompensa inmediata que refuerza nuestro deseo de seguir navegando. Este ciclo puede alterar el equilibrio natural de dopamina, lo que lleva a un estado de “déficit” que nos hace necesitar más tiempo en línea para sentirnos bien.

El problema es tan relevante que el término “deterioro cerebral” (brain rot) fue elegido como la palabra del año en 2024 por Oxford University Press. La buena noticia es que al pausar este ciclo, el cerebro puede restablecer sus vías de recompensa, lo que reduce el consumo compulsivo asociado con las redes sociales.

Cómo desconectarse

Dejar las redes sociales, incluso por un periodo corto, puede ser un desafío. Al inicio, es común experimentar síntomas de abstinencia como ansiedad o deseos intensos de volver a conectarse. Pero estos síntomas suelen disminuir con el tiempo, permitiendo que el cerebro vuelva a equilibrarse.

En un estudio realizado por Sarah Woodruff y Paige Coyne, se pidió a 31 jóvenes adultos reducir su tiempo en redes sociales a 30 minutos diarios durante dos semanas. Al final del experimento, los participantes reportaron mejoras en su satisfacción con la vida, reducción del estrés y un mejor sueño.

Un estudio con adolescentes encontró que una pausa de tres días mejoró su autoestima y redujo la vergüenza corporal. Además, la desconexión permite reflexionar sobre cómo usamos las redes sociales y si realmente nos benefician en nuestra vida diaria.

La clave no es eliminar las redes sociales por completo, sino encontrar un equilibrio saludable. Programar pausas periódicas a lo largo del año puede ayudarte a mantener una relación más consciente y beneficiosa con estas plataformas.

Tomarse un respiro de las redes sociales no solo mejora tu bienestar emocional, sino que también puede ser el primer paso para recuperar el control sobre tu tiempo y prioridades.

“Las redes sociales pueden ser una herramienta valiosa para conectarse con otros y compartir experiencias, pero es importante usarlas con moderación. Desconectarse periódicamente puede ayudar a mejorar nuestra salud mental y bienestar en general.” - Sarah Woodruff, investigadora de la Universidad de California, Berkeley

Conclusión

Recuerda que desconectarse de las redes sociales no significa aislarse del mundo. Hay muchas otras maneras de mantenerse conectado con amigos y familiares, como llamar, enviar mensajes de texto o reunirse en persona. Si estás luchando por reducir tu tiempo en las redes sociales, considera buscar ayuda de un profesional de la salud mental.