La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) acaba de integrar 22 sitios de 10 países a la nueva Red de Lugares de Historia y Memoria vinculadas a la Esclavitud y la Trata de Personas.

Buenas noticias para México

México es uno de los países beneficiados con esta iniciativa, ya que cinco de sus sitios fueron incluidos en la red: el Centro Histórico de la Ciudad de México, el Centro Histórico de Acapulco, los municipios de Yanga y de Cuajinicuilapa, así como el Fuerte de San Juan de Ulúa.

Reconocimiento a la lucha contra el racismo

Esta designación es un reconocimiento a las acciones de México en el marco del Decenio Internacional de las Personas Afrodescendientes 2015-2024, promulgado por la ONU. Además, cuatro de estos sitios ya formaban parte de las Rutas de las Personas Esclavizadas, un programa de la UNESCO que busca recuperar la memoria histórica sobre la esclavitud y el racismo.

Centro Histórico de la Ciudad de México

El Centro Histórico de la Ciudad de México fue el primer sitio del país en ser reconocido por el programa de las Rutas de las Personas Esclavizadas. En 2016, se instaló una placa conmemorativa en la Plaza de Santo Domingo, destacando el papel de las personas afrodescendientes en la conformación de la Nueva España y la sociedad mexicana actual.

Centro Histórico de Acapulco

El Centro Histórico de Acapulco es el segundo sitio Unesco de Historia y Memoria en Guerrero. Además de ser el estado con más personas que se autodenominan como afrodescendientes, Acapulco es el municipio con mayor concentración de personas que se reconocen como afromexicanas, según el Censo de 2020 del Inegi.

Un programa con historia

El programa de las Rutas de las Personas Esclavizadas fue establecido en 1994 por iniciativa de Haití y es liderado por el Sector de Ciencias Sociales y Humanas de la UNESCO. Su objetivo es contribuir a la generación e intercambio de conocimientos, al desarrollo de redes científicas y académicas, así como a recobrar la memoria universal y romper el silencio sobre la historia esclavista y racista.

Este programa se centra en reconocer al racismo como sistema de opresión y explotación, fortalecer el cuestionamiento de las desigualdades derivadas de la trata y esclavitud de las personas afrodescendientes, e impulsar la sanación psicosocial de las comunidades mediante la memoria histórica.