Barcelona también se planta: miles de personas salen a la calle para protestar contra el turismo masivo

Barcelona se ha unido a la creciente lista de ciudades que protestan contra el turismo masivo, con miles de personas tomando las calles este sábado para exigir límites a esta industria. La marcha, que reunió a unas 2.800 personas según la Guardia Urbana, es la primera de esta magnitud que se recuerda en la capital catalana y pone de manifiesto el malestar que existe en la ciudad por un problema que ya no se limita al centro, sino que afecta a numerosos barrios.

Un fenómeno en aumento

El turismo ha ido creciendo de forma exponencial en Barcelona en las últimas dos décadas, alcanzando en 2019 la cifra de 17,3 millones de visitantes que pernoctaron en la ciudad y otros 10,5 millones que pasaron el día. Esta industria ha transformado el paisaje barcelonés, desde los comercios hasta los pisos turísticos, y ha generado problemas de convivencia con los vecinos, gentrificación y otros efectos negativos.

Un problema que afecta a toda la ciudad

La protesta de este sábado ha canalizado el malestar de distintos barrios de Barcelona, empezando por el centro, donde zonas como el Gòtic, el Born, la Barceloneta o el Raval se ven afectadas por los pisos turísticos y el incivismo relacionado con el turismo. Pero también se vive en barrios como La Sagrada Familia, el Carmel, los cercanos al Park Güell u otros más alejados de los atractivos turísticos, pero que también empiezan a notar sus efectos.

Medidas insuficientes

El Ayuntamiento de Barcelona ha anunciado algunas medidas para paliar los efectos del turismo, como el aumento de la tasa turística hasta los 7,50 euros por persona, la reducción de los cruceros que llegan a la ciudad o la eliminación de 10.000 pisos turísticos. Sin embargo, los manifestantes consideran que estas medidas son insuficientes y exigen un cambio más profundo del modelo turístico.

Unidades y protestas

La marcha de Barcelona se suma a las protestas que ya se han vivido en otras ciudades españolas, como Palma de Mallorca, Málaga o Canarias, donde también se ha expresado el rechazo al turismo masivo. Estas protestas ponen de manifiesto la creciente preocupación por los efectos negativos de esta industria y la necesidad de buscar un modelo turístico más sostenible.

La convocatoria ha sido capitaneada por la Assemblea de Barris pel Decreixement Turístic, que aboga por un decrecimiento del turismo y un cambio en el modelo económico de la ciudad.