Un tripulante de una narcolancha cargada de hachís ha fallecido esta tarde tras colisionar con una embarcación de la Guardia Civil en aguas de Cádiz. El suceso se ha producido en el transcurso de una persecución marítima a 10 millas del puerto de Tarifa, cuando la lancha del Servicio Marítimo del instituto armado con base en Algeciras ha embestido a la embarcación sospechosa.

Persecución marítima y colisión

Según fuentes de la Comandancia de Algeciras, la persecución se ha iniciado sobre las 13.00 horas, cuando la patrullera de la Guardia Civil ha detectado una embarcación recreativa cargada de fardos de hachís. En el transcurso de la persecución, los ocupantes de la lancha sospechosa han comenzado a arrojar paquetes de droga al mar.

La colisión se ha producido cuando la lancha de la Guardia Civil intentaba sortear los fardos de hachís lanzados al agua. El choque ha provocado la muerte de uno de los tripulantes de la embarcación recreativa. El otro ocupante de la lancha siniestrada también ha resultado herido, aunque no ha trascendido su estado.

Homenajes a guardias civiles fallecidos

El suceso se produce a escasos días del primer aniversario de la muerte de dos guardias civiles en el puerto de Barbate. Los agentes fallecieron después de que una narcolancha que se resguardaba del temporal pasase por encima de su lancha. Tanto Cádiz como Barbate han acogido este viernes sendos homenajes a los dos agentes fallecidos.

Violencia en el narcotráfico

El suceso pone de manifiesto la violencia creciente que emplean las mafias del hachís para llevar a buen puerto sus portes de droga. Las persecuciones marítimas son cada vez más arriesgadas, como demuestra el trágico accidente de este viernes.

Asociaciones profesionales y la Fiscalía llevan años alertando de esta situación. De hecho, escasos meses después del homicidio de los dos guardias civiles en Barbate, un supuesto traficante falleció y otro resultó herido en un accidente con una lancha de Vigilancia Aduanera.

Reconfiguración del narcotráfico del Estrecho

El cerco policial aplicado por el Gobierno a partir del verano de 2018 ha provocado una reconfiguración del narcotráfico del Estrecho. La presión policial ha provocado la dispersión de la actividad por diversos puntos de la costa andaluza, como el río Guadalquivir.

Ahora, fuentes policiales y de la Fiscalía Antidroga alertan de la paulatina introducción de cocaína a través del río Guadalquivir, producida por la entrada de las mafias del hachís en portes de polvo blanco, una actividad mucho más peligrosa y mortal por el elevado valor de esta droga.