La isla de Nauru, un pequeño estado insular en el Pacífico Sur, ha roto oficialmente relaciones diplomáticas con Taiwán y ha anunciado la plena reanudación de lazos con China, un giro inesperado que ha resonado en las esferas de la diplomacia internacional. Este movimiento reduce sustancialmente el ya menguante número de aliados diplomáticos de Taiwán, dejándolo con apenas 12 países y el Vaticano que reconocen su soberanía.
¿Qué ha motivado a Nauru a cambiar su reconocimiento diplomático?
La decisión de Nauru llega tras las recientes elecciones presidenciales en Taiwán, lo que sugiere que la influencia de Beijing ha jugado un papel crucial en este cambio de alianzas. Atribuido a los incentivos económicos ofrecidos por China, este gesto es interpretado como un importante golpe diplomático promovido por la potencia asiática.
¿Qué implicaciones tiene este giro en la política internacional?
El cambio de postura de Nauru se alinea con la Resolución 2758 de la ONU, reconociendo a la República Popular China como el único Gobierno legal de toda China. Taiwán, por su parte, sostiene la preservación de su soberanía y se rehúsa a aceptar el control de Beijing, situación que ha mantenido durante décadas.
Taiwán ha respondido a este revés cortando también relaciones con Nauru para 'salvaguardar la dignidad nacional'. El gobierno taiwanés ha cesado toda cooperación bilateral y ha solicitado la retirada de su personal diplomático y técnico, así como el cierre de la embajada de Nauru en Taiwán.
¿Cómo reacciona Taiwán frente a la presión de China?
El gobierno taiwanés ha acusado abiertamente a China de aprovecharse de su poder económico para coaccionar a naciones y suprimir el espacio diplomático de Taiwán, una afirmación que refleja la tensión en la región. Pese a estos eventos, Taiwán reafirma su determinación de mantener su autonomía y continuar su presencia internacional.
Contexto histórico y económico
En el escenario global actual, China ha demostrado un interés creciente por expandir su influencia en la región del Pacífico. Con Nauru aceptando el principio de 'una sola China', existe la preocupación entre aliados occidentales de que Beijing busque aumentar su presencia militar en la zona.
Taiwán, en contraposición, continúa sus esfuerzos por fortalecer alianzas internacionales y justificar su separación de China, a pesar de los desafíos políticos y económicos que esto representa.