Neerlandeses se unen para recuperar un Van Gogh: “Cabeza de una mujer” regresa a casa
En un esfuerzo colectivo sin precedentes, más de 3.000 personas, junto con el Ministerio de Cultura y diversas empresas y fondos, han logrado reunir 8,6 millones de euros para la compra de “Cabeza de una mujer”, un retrato de Vincent van Gogh creado en 1885. Esta emblemática obra, que representa a Gordina de Groot, hija de un granjero en Nuenen, regresa a los Países Bajos desde manos británicas y encontrará su hogar permanente en el Museo Noordbrabants, en Den Bosch.
Una obra maestra que regresa a sus raíces
La pintura, realizada durante la estancia de Van Gogh en Nuenen, captura a De Groot, quien era una modelo frecuente del artista. La relación entre ambos fue cercana; se decía erróneamente que Van Gogh podía haber sido el padre del hijo que ella esperaba. Este retrato es significativo no solo por su calidad artística, sino también por su conexión personal con la vida rural en Brabante.
“Aunque Van Gogh usaba tonos terrosos, hay muchos colores por descubrir en la pintura, lo que la hace excepcional y atractiva. Es una pieza clave en su obra”, destacó Helewise Berger, conservadora de arte del siglo XIX y XX.
La adquisición representa la mayor compra en la historia del museo, reflejando el compromiso de la comunidad y el valor cultural que tiene esta obra para la región. Además, se espera que en 2026, “Cabeza de una mujer” realice una gira por otros museos de la provincia, permitiendo que más personas disfruten de este tesoro artístico.
Un esfuerzo colectivo que hace historia
Este logro es el resultado de un esfuerzo colectivo sin precedentes. Más de 3.000 personas, inspiradas por el valor cultural y artístico de la obra, contribuyeron con donaciones. El Ministerio de Cultura también desempeñó un papel crucial, reconociendo la importancia de mantener este patrimonio nacional en los Países Bajos.
El regreso de “Cabeza de una mujer” no solo es una victoria para el Museo Noordbrabants, sino también para toda la comunidad neerlandesa. Es un testimonio del profundo aprecio que los Países Bajos tienen por su rico patrimonio artístico y cultural.