Olivenza, un pueblo con doble identidad entre España y Portugal
La localidad extremeña de Olivenza vive ajena al debate sobre su soberanía que ha resurgido en Portugal. El nuevo ministro de Defensa luso, Nuno Melo, ha reivindicado para su país este municipio fronterizo, que forma parte de España desde 1801. Sin embargo, los oliventinos se sienten "hijos de España y nietos de Portugal", y no quieren renunciar a su doble identidad.
Una historia compartida
Olivenza fue fundada en 1230 por Alfonso IX de León y perteneció a este reino hasta 1297, cuando el Tratado de Alcañices la cedió a Portugal. Desde entonces, el municipio ha pasado varias veces de manos entre España y Portugal, hasta que en 1801 fue conquistada por las tropas de Manuel Godoy y pasó a control español.
Una identidad única
A pesar de su historia compartida, Olivenza ha desarrollado una identidad única, fruto de la mezcla de culturas española y portuguesa. Los oliventinos hablan tanto español como portugués, y muchos de ellos tienen doble nacionalidad. El municipio es un ejemplo de convivencia y cooperación transfronteriza, y sus habitantes se sienten orgullosos de su pasado y presente bicultural.
El debate sobre la soberanía
El reciente debate sobre la soberanía de Olivenza ha sido recibido con indiferencia por los oliventinos. El alcalde del municipio, Manuel José González Andrade, considera que las palabras del ministro Melo están fuera de lugar y pertenecen al siglo XIX, no al XXI. "En Olivenza sabemos cómo es nuestra historia, que nos hace tener una identidad única en la península ibérica", afirma Andrade.
El presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, también ha minimizado el asunto y ha defendido la "fantástica" relación entre España y Portugal, que ha avanzado mucho en los últimos años en materia de cooperación transfronteriza.
El debate sobre la soberanía de Olivenza es un recordatorio de la compleja historia compartida entre España y Portugal, pero también de la capacidad de ambos países para superar las diferencias y construir un futuro común.