Oriol Junqueras: El eterno candidato a 'president'

Oriol Junqueras, el líder de Esquerra Republicana de Cataluña (ERC), busca recuperar el apoyo de un pueblo que, según las encuestas, ya no está mayoritariamente a favor de la independencia. Junqueras, que pasó tres años y casi ocho meses en prisión por su papel en el proceso independentista catalán, cree que tiene una contrapartida humana y justa por su sacrificio: obtener el voto agradecido de los catalanes para ser presidente de la Generalitat.

Sin embargo, las cosas no parecen ir por ese camino. Solo un 17% de los votantes de ERC desean que Junqueras encabece el Govern, según la última encuesta del Centro de Estudios de Opinión (CIS catalán). Junqueras busca la complicidad de quienes confían en su persona, más allá del corsé partidista, pero sus oponentes lo acusan de mantenerse al tanto de las campañas de falsa bandera realizadas por el partido, como la que presentaba a Ernest Maragall, candidato republicano a la alcaldía de Barcelona, como un enfermo de alzhéimer.

La carta martirial

Junqueras juega la carta martirial de víctima de la represión, quizás fruto de sus fuertes convicciones religiosas. Es curioso que el partido, que históricamente contó entre sus votantes y simpatizantes con numerosos masones, esté ahora liderado por un católico que tuvo permiso pomeridiano para acceder durante dos veranos a los archivos secretos del Vaticano bajo el pontificado del conservador Karol Wojtyla. Junqueras investigaba el papel de la jerarquía eclesiástica durante la guerra de Sucesión.

La fidelidad de Junqueras a la institución eclesial está a prueba de crisis. Incluso maniobró para suavizar las duras condenas que desde instancias parlamentarias catalanas se aprobaron contra los casos de pederastia en la Iglesia católica.

Una nueva deriva

La nueva deriva de Junqueras llegó con la declaración de independencia de 2017, cuando era vicepresidente de la Generalitat y presionó al presidente para que la hiciera efectiva. Desde entonces, Junqueras y Carles Puigdemont creen que tienen un trato especial con la gente, se sienten figuras mosaicas con fuerza para catalizar al país tras de sí. Sin embargo, eso ya no sucede.

Un líder sin protagonismo

Junqueras no ha sido capaz de renunciar al protagonismo que ejerció en el pasado. Llevó a Esquerra a las más altas cotas de poder, pero ahora el partido ha pasado a ser tercera fuerza política. Junqueras atribuye esto a la ausencia de un liderazgo fuerte como el suyo encabezando la lista. En 2021, reconoció que la única vía a la independencia es la negociación que desemboque en el modelo escocés, pero no ha renunciado al protagonismo del pasado.

Los errores políticos tienen, como el Golem de Praga, vida propia.

Cita: Un dirigente histórico de Esquerra