Ourense, sumida en el caos por un alcalde condenado por acoso laboral
Gonzalo Pérez Jácome, alcalde de Ourense, enfrenta una moción de censura tras ser condenado por acoso laboral contra un interventor del ayuntamiento. La oposición, formada por el PP, PSOE y BNG, acusa a Jácome de llevar a la ruina a la ciudad.
Una gestión caótica
Ourense presenta unas cuentas con deuda cero y remanente de 130 millones de euros, pero la oposición denuncia que se oculta una deuda abultada que acabará aflorando a causa de las concesiones de servicios públicos caducadas y la falta de pago de obras municipales.
Gastos descontrolados
Jácome ha incrementado un 20% los gastos en sueldos y ha aumentado la plantilla de trabajadores eventuales, mientras recorta en personal tal y como prometió. Además, la oposición denuncia que el alcalde gasta en fiestas "prácticamente" lo mismo que sus antecesores del PP, aunque asegura que lo hace "mejor".
Condena por acoso laboral
Recientemente, Jácome ha sido condenado por acoso laboral al destituir ilegalmente a un interventor municipal tras atacarle en los plenos y en redes sociales. El ayuntamiento y un exedil del partido de Jácome también han sido condenados por acoso laboral a la jefa de la Policía Local.
Amenazas a la libertad de prensa
Jácome ha retirado las subvenciones a la prensa local y presume de ello. Los periodistas de Ourense denuncian que el alcalde trata de acallar las críticas a su gestión.
Un alcalde bajo sospecha
La Fiscalía investiga a Jácome por unos audios publicados durante la campaña electoral en los que habla de "dinero en b" y una supuesta recaudación de fondos entre empresas concesionarias.
El futuro de Jácome
Para que prospere la moción de censura es necesario un acuerdo entre PP, PSOE y BNG. El PP, que pactó con Jácome tras las elecciones, apoya ahora su destitución. El alcalde, sin embargo, se muestra confiado en resistir la moción y volver a ganar las elecciones.
La situación en Ourense es de caos institucional y político. El mandato de Jácome ha estado marcado por la polémica, la confrontación y la falta de transparencia, lo que ha llevado a la ciudad a una situación límite.