Cerca de la mitad de las demencias se pueden prevenir o retrasar controlando los factores de riesgo

El Alzheimer, la forma más común de demencia, afecta a cerca de 300.000 personas en Argentina y es la quinta causa de muerte en el país. Los especialistas recomiendan mantener una vida saludable desde edades tempranas para prevenir o retrasar su aparición.

En el marco del Día Mundial del Alzheimer, que se conmemora el 21 de septiembre, los especialistas recomiendan prestar atención a los factores de riesgo que pueden predisponer al desarrollo de esta enfermedad y otros tipos de demencia, y destacan la importancia de hacerlo desde edades tempranas con intervenciones no farmacológicas relacionadas con la alimentación, la actividad física y un estilo de vida saludable.

El Alzheimer representa entre el 60% y el 70% de los casos totales de demencia. En el mundo, más de 44 millones de personas viven con demencia, lo que la convierte en una crisis de salud global, y cada año se diagnostican alrededor de 10 millones de nuevos casos de demencia a nivel mundial.

"En Argentina, el Alzheimer afecta a cerca de 300.000 personas y es la quinta causa de muerte. Los trastornos cognitivos, el Alzheimer y las demencias en general son trastornos multifactoriales que requieren un abordaje multidisciplinario", sostiene el Dr. Janus Kremer, médico neurólogo y director del Instituto Kremer de Neuropsiquiatría de Córdoba.

Factores de riesgo modificables y no modificables

Existen factores de riesgo de Alzheimer no modificables, como la edad avanzada, los antecedentes familiares de Alzheimer, la predisposición genética y la presencia de deterioro cognitivo leve.

Por otro lado, se han identificado 14 factores de riesgo modificables comunes a todas las demencias, según lo publicado en la revista The Lancet:

  • Hipertensión arterial
  • Diabetes
  • Obesidad
  • Tabaquismo
  • Consumo excesivo de alcohol
  • Inactividad física
  • Pérdida auditiva
  • Pérdida visual
  • Aislamiento social
  • Depresión
  • Bajo nivel educativo
  • Golpes en la cabeza
  • Contaminación ambiental
  • Aumento del colesterol LDL

Prevención y recomendaciones

La mejor estrategia para prevenir el desarrollo del Alzheimer es mantener una calidad de vida saludable desde la edad más temprana posible. Esto incluye:

  • Mayor actividad física
  • Participación en reuniones sociales y actividades que estimulen el cerebro
  • Adopción de patrones de alimentación saludable
  • Mantenimiento de un peso corporal adecuado
  • No fumar
  • Moderación en el consumo de alcohol
  • Visitas periódicas al médico
  • Toma de medicamentos recetados según las indicaciones médicas

Entre las intervenciones relacionadas con la alimentación, se destaca la adopción de una dieta que incluya pescados y otros mariscos, carnes blancas, aceite de oliva, verduras, frutas frescas y lácteos. La dieta mediterránea, en particular, se asocia con una reducción de hasta el 40% en el riesgo de desarrollar deterioro cognitivo y Alzheimer.

En el marco de las intervenciones no farmacológicas, la incorporación de un suplemento nutricional que incluya omega 3, colina, uridin monofosfato, vitaminas del grupo B, C, E y selenio puede contribuir a prevenir o retrasar la progresión de las condiciones relacionadas con el deterioro cognitivo y las demencias.

Los especialistas coinciden en que la clave para prevenir o retrasar el desarrollo de la demencia es identificar a los pacientes de riesgo y tomar medidas preventivas. En este sentido, es esencial que los médicos clínicos, cardiólogos, ginecólogos, gerontólogos y otras especialidades adopten una mirada integral de la salud de sus pacientes y consideren esta problemática antes de su aparición, además de advertir tempranamente cualquier tipo de deterioro cognitivo leve para realizar una derivación oportuna al especialista en neurología.

Existen cambios sutiles que pueden reflejar un cuadro de deterioro cognitivo leve, que va más allá del envejecimiento saludable y que podría evolucionar hacia una demencia con el tiempo. Estos signos incluyen dificultad para expresar palabras, olvidos de cosas o de asistir a determinados acontecimientos.

Como parte del tratamiento, además de las conductas para modificar los factores de riesgo, se recomiendan acciones puntuales como:

  • Llevar una vida activa
  • Sostener las actividades que representen placer
  • Buscar nuevas formas de mantener la mente activa
  • Pasar más tiempo con amigos y familiares

Fuente: ámbito.com