Diputado libertario propone eliminar obligatoriedad de la educación y permitir trabajo infantil
El exsecretario de Cultura de la Nación de Mauricio Macri, Pablo Avelluto, fue uno de los primeros en reaccionar a las declaraciones del diputado nacional de La Libertad Avanza (LLA) Alberto "Bertie" Benegas Lynch, quien planteó que la educación en la Argentina no debería ser obligatoria, e incluso que los padres puedan decidir si enviar a los hijos al colegio o ponerlos a trabajar
Avelluto contó una anécdota personal y arremetió contra el dirigente mileísta
"Mi papá tuvo que empezar a trabajar a los 8 años. Nacido en 1938 e hijo único de madre soltera, en su casa no hubo alternativa", escribió el exfuncionario de la gestión de Cambiemos, y agregó: "Lamentablemente, falleció hace muchos años. De estar vivo, iría a trompear al diputado ignorante para contarle de qué se trata el trabajo infantil".
Dirigentes de todo el arco político fustigaron las declaraciones del libertario
La parlamentaria del Frente de Todos, Gabriela Cerruti, sumó su repudio a las declaraciones de Benegas Lynch. "A mí eso, más que a libertad, me suena a esclavitud", afirmó.
El exministro de Ciencia y Tecnología, Daniel Filmus, también se sumó a las críticas. "B. Lynch explica por qué están contra de la educación obligatoria y a favor del trabajo infantil: ‘No se pueden dar el lujo de ir a la escuela porque tienen que estar en el taller con el padre’ ¿Sabrá que fue J. A. Roca quien impuso la [ley] 1420?", dijo en Twitter.
El diputado nacional Maximiliano Ferraro también reaccionó ante los dichos de Benegas Lynch. "Su postura atrasa 140 años, ya que la Ley 1420 fue sancionada en 1884. Nicolás Avellaneda, Julio Argentino Roca y Domingo Faustino Sarmiento estarían consternados por su enfoque liberal", escribió en un posteo al que adjuntó una imagen de la ley.
Benegas Lynch justificó su postura afirmando que "la libertad también es que si no querés mandar a tu hijo al colegio porque lo necesitás en el taller, puedas hacerlo"
Sin embargo, sus declaraciones fueron ampliamente repudiadas por dirigentes políticos y especialistas en educación, quienes señalaron que la educación es un derecho fundamental de los niños y adolescentes, y que el trabajo infantil es una práctica nociva que debe ser combatida.