Manuel García Solá renuncia a su cargo en el CONICET denunciando persecución ideológica
En una carta de renuncia presentada el pasado 7 de noviembre, Manuel García Solá, director del CONICET designado por la Sociedad Rural Argentina (SRA), denunció una persecución ideológica por parte de la conducción del organismo.
García Solá, quien también se desempeñó como ministro de Educación durante el gobierno de Carlos Menem, especificó que su renuncia se debió a su oposición a "acciones persecutorias" sobre becarios e investigadores.
«Nunca podría callar mi voz cuando se intentara cometer algún acto de persecución por ideas científicas, políticas o religiosas», afirmó en su carta de despedida.
La renuncia de García Solá se produjo luego de que el Gobierno elevara un pedido en ese sentido a la SRA, entidad que lo nominó para el cargo en 2022.
Antecedentes
García Solá había sido acusado de realizar comentarios despectivos hacia los científicos y de apoyar la censura de investigaciones que no se ajustaran a la línea oficial del Gobierno.
Estas acusaciones generaron un amplio rechazo en la comunidad científica, que salió en defensa de la libertad académica y la independencia del CONICET.
En su carta de renuncia, García Solá negó estas acusaciones y reiteró su compromiso con la ciencia y la investigación.
Reacciones
La renuncia de García Solá ha generado diversas reacciones.
Desde el Gobierno, se ha minimizado el asunto, argumentando que se trató de una renuncia personal y que no afecta a la institución.
Sin embargo, la comunidad científica ha expresado su preocupación por la situación, advirtiendo que puede sentar un peligroso precedente para la libertad académica en el país.
La SRA, por su parte, aún no se ha pronunciado oficialmente sobre la renuncia de García Solá.
Conclusión
La renuncia de Manuel García Solá al CONICET ha puesto de manifiesto las tensiones existentes entre la política y la ciencia en Argentina.
El caso ha generado un amplio debate sobre la importancia de la libertad académica y la independencia de las instituciones científicas, así como sobre el papel del Gobierno en la promoción de la investigación y la innovación.
Todavía es demasiado pronto para decir qué impacto tendrá la renuncia de García Solá en el largo plazo, pero es evidente que ha generado un importante revuelo en el ámbito científico y académico argentino.